1. Amy, la amargada de ideas locas

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Aclaración. No, los nombres aquí dichos no son míos. Son de SEGA y yo sólo los tomo prestados para fines ociosos.
Advertencia. Neh, no realmente. Sólo una Amy más loca de lo normal...

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Capítulo Uno.
"Amy, la amargada de ideas locas"

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Había despertado de golpe sobresaltada debido a esa molesta alarma que le indicaba que ya era hora de comenzar otro monótono día en el trabajo. Miró sin mucho ánimo el reloj en su mesita de noche; tenía escasos treinta minutos para arreglarse y emprender camino hasta sus labores diarias.

Bufó con molestia; odiaba todo esto de ser adulto y despertar temprano.

Bueno, quizás era una exageración decir que lo odiaba, había pasado más de la mitad de su vida estudiando y tratando de superarse para conseguir el empleo de sus sueños en aquella agencia de publicidad.

Debía ver las cosas de manera agradecida y así era, no negaría que había trabajado los últimos años de manera ardua con la intención de mejorar día con día y ahora que estaba en la cima se sentía extrañamente vacía.

Había ese "algo" en su vida que no dejaba de darle vueltas en la mente, que le impedía ser completamente feliz.

Suspiró con cansancio y se dirigió a su baño personal para tomar una ducha rápida, no perdería el tiempo en preparar el desayuno, ya se encargaría de pedir algo en la oficina.

En menos de cinco minutos ya se encontraba buscando algo cómodo con lo cual vestirse; una de las principales ventajas que le traía su trabajo era que no tenía necesidad de vestir  formalmente.

Y así, con jeans desgastados, camisa holgada y botas estilo militar se dirigió a la salida de su hogar. Necesitaba caminar para despejar esa sensación de somnolencia que aún se empeñaba en seguir atormentándole.

Diez minutos después y con cara de pocos amigos entró de mala manera en aquel edificio y se dirigió sin muchos ánimos hasta su oficina de trabajo; ahí ya le esperaba su secretaria quién al ver su cara prefirió no darle los buenos días.

―Vaya cara Ames...―escucho decir tras de ella.

Giro levemente la cabeza para encontrar a su querido amigo y colega de trabajo de nombre Sonic mirarle con una sonrisa de oreja a oreja muy característica en él.

Tras un intercambio de miradas, entró de golpe a su oficina y encendió su computadora; tenía cientos de citas pendientes las cuales debía atender y ni la mitad de las ganas de hacerlo.

𝑊ℎ𝑜 𝑤𝑖𝑙𝑙 𝑖𝑡 𝑏𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora