—Oye, Tari —El argentino cambio de tema repentinamente—.
—¿Qué pasa honey? —Rob se rio por el apodo que le puso, siempre se reía de los apodos repentinos—.
—Bueno, veras los chicos me invitaron a un boliche acá cer- —Fue bruscamente interrumpido—.
—No —Respondió rápidamente—.
—Ni siquiera termine de hablar.
—Igual no —Tarifa seguía negando—.
—No te estoy pidiendo permiso —Se levanto de la cama, enojado— solo te aviso, pero veo que estas así, mejor voy —Salió del cuarto, con el ceño fruncido—.