—¡Tomás, te amo! —Tarifa se gritó entre torpes pasos, haciendo reír a su pareja—.
—Yo también Dani —El argentino abrió la puerta de la habitación—.
—Si se eso —Comenzó a tambalearse— quisiera salir a la calle y tomar tu mano.
—Yo también —Dejo al ebrio en la cama, para separarse—.
—Tomas no me dejes, —Agarro la mano de su novio, jalándolo al lado suyo en la cama— por favor...
—Tranquilo, no me iré —Se acurruco en el abrazo de su novio—.