—¡Oye Rob, Préstame tu cargador! —Andrés entro a la habitación de su amigo— hola, Daniel —Saludo a su otro amigo en la cama—.
—¡Debe estar en un cajón de ahí! —El argentino grito desde la cocina—.
—Pero ¿Cuál? —Abrió los varios cajones, hasta que toco con cerrojo, con la llave puesta— ¿Sera esta? —Se pregunto al abrir el cajón—.
—¡Andrés no! —Tarifa se levantó rápido para cerrar el cajón—.
—... —El castaño comenzó a reír avergonzado— Ustedes deben tener más guardado sus juguetes —Sugirió para salir de la habitación—.