—No puedo creer que lo hayas comprado —Tarifa negaba al ver a su novio—.
—Pues créelo, ya que llego —Entró con su paquete para cerrar la puerta e ir a la mesa— la mejor idea que he tenido —El mayor abrió rápidamente la caja.
—Si, yo pienso que es de la peores —Daniel rodó los ojos al ver la palabra sex shop en la caja— no le entiendo el sentido de comprar juguetes sexuales —El castaño se levantó, dejando solo a su novio en la mesa—.
—Me lo agradecerás, ¡Hoy! —Gritó haciendo sonrojar a su novio, quien maldijo por tener un novio tan pervertido—.