—¡Tomas concéntrate en el juego! —El chico de rulos, le grito a su amigo—.
—Sisisi eso hago —Respondió desconcentrado—.
Agustín pensó que su amigo prestaba atención al juego, pero cuando menos se lo esperaba el personaje de Tomas, cayo de una estructura muy alta, dejando al sevillano solo, quien perdió unos minutos después.
—¿Cuál es tu problema Robleis? —Pregunto enojado, para ver a su amigo, causando que este apreté los puños, para que lo voltee a ver—.
—El problema es el —Señalo a las gradas, donde había personas viendo el juego—.
—¿Tarifa? —El menor logro identificar a su amigo—.
—Si... —Se comenzó a rascar la cabeza, dejando confundido a su amigo—.
—¿Enserio? —Capto la razón de su forma de actuar, ya había entendido todo incluyendo su nerviosismo—.
—Me incomoda su presencia —Respondió enojado, evitando mostrar su sonrojo—.
—Aja —Rodo los ojos, para ver la gran pantalla, donde aún estaban jugando—.