—¿Qué prefieres, morir porque te dio un susto tremendo, o que una serpiente venenosa te muerda el pito y así morir? —Tarifa pregunto de repente—.
—Creo que la de la serpiente —Robleis soltó, mientras miraba el techo— Porque imagina llegar al infierno y que te pregunten como moriste, y tu digas porque una serpiente me mordió la polla.
—Si, mejor cambiemos de pregunta —El español decidió cambiar de tema—.