—Hoy estas raro Daniel —El miope observo a su novio con duda, quién estaba en la cocina, tranquilo desayunando—.
—Solo porqué hoy no quise darte un beso de buenos días, no es que este raro —Se defendió, para darle una mordida a su pan—.
—Entonces, ¿Admites que estas raro? —Tomás alzo una ceja—.
—Me rindo —El español decidió ignorar a su novio—.