—¿Tú crees que David y Pet se den cuenta de la tensión que tienen? —Robleis pregunto para tomar su mate—.
—Claro si no fueran igual de ciegos que Agustín y Vicente —Daniel tomo de su café—.
—Si... Hasta que ellos se declaren tendríamos nietos —Todos los presentes, se quedaron en silencio— ¿Qué? —El argentino, pregunto con todas las miradas de sus amigos encima—.
—Mejor cambiemos de tema —Sugirió Daniel, quien estaba muy sonrojado—.