Capítulo 25

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[ Red ]

Mis ojos parecen querer salirse de su lugar, por la forma en la que se abren y amenazan a mi rostro en saltar.

A sólo centímetros de distancia puedo ver como se asoma el desastre a mí.

Zane golpeará a este idiota, y conociéndolo hasta en sus peores demonios, es capaz de desfigurar su rostro a golpes. El problema es que el imbécil de Bruce tiene otros seis idiotas más que lo defenderán, y si todo esto sucede no podremos conseguir lo que vinimos buscando.

Definitivamente esto no terminará nada bien. Debo detenerlo, pero la pregunta es ¿cómo carajos lo hago?

–¿Qué sucede? –pregunta un poco confundido por mis gesticulaciones.

–¿Sabes? La luz no me deja ver bien–.Bruscamente me levanto de mi taburete y rápidamente tomo fuerte su brazo tironeando su cuerpo hacia mí, alejándolo de la barra justo en el momento en el que Zane se detiene a donde Bruce estaba sentado.

Mis ojos se abren de par en par, intentando dar un mensaje a Zane, quien me observa confundido. Niego con la cabeza rápidamente, en el segundo que Bruce voltea para buscar la luz de la que estoy hablando.

–¿Qué? No encuentro ninguna luz.

–Creo que ahí–. Empujo su cuerpo hacia atrás, obligándolo a tomar asiento en el taburete que anteriormente estaba sentada. –Ahí puedo verte mucho mejor.

–No hay ninguna luz–. Se libera bruscamente de mi agarre.

–¿No? De seguro todavía no la viste.

–¿Puedes dejar de hacerme perder el tiem...

–¡Barman!– Interrumpo llamando a Zane. Su cuerpo todavía está tensionado de la ira, y sus ojos más oscurecidos que nunca, están clavados en los de sonrisa bonita. Este confundido lo observa. –¡Barman! –vuelvo a llamarlo, esta vez estirando mi cuerpo y tocando su brazo gentilmente para sacarlo de esa nebulosa de odio–. ¿Por qué no nos traes dos más?

Sus ojos perdidos vuelven a mí pestañeando dos veces, y respirando profundo consigo devolverlo a la realidad. Asiento con mi cabeza, admitiendo que todo está bien.

–Dos más –insisto, asintiendo con la cabeza repetitivamente para que entienda a qué me refiero. Él asiente también, diciéndome a través de sus ojos que tiene en claro lo que dije–. Pero esta vez invito yo –guiño un ojo provocativamente a Bruce.

–Un trago más y nos vamos a lo nuestro–. Desliza su mano por mi pierna izquierda, acariciando mi rodilla y subiendo hasta mis muslos.

Sonrío, y ruego para mis adentros que Zane apure los trámites.

–Dos tragos más–. Golpea torpemente la barra con los vasos. –Para la señorita–. Estira uno de sus brazos más de la cuenta, pero sin despegar los ojos del repugnante ser humano sentado a mi lado.

–Por lo fácil –sonrío, tomando el trago de las manos de Zane y levantándolo en forma de brindis.

–Por lo fácil–. Guiña su ojo y golpea mi vaso antes de tomar su whisky de un solo trago otra vez.

–Fanático del whisky ¿no?

–Cómo si fuera agua–. Se levanta del taburete y acerca los tragos correspondientes a su mesa antes de volver a mí.

–Espero que hayas vaciado todo el sobre ahí dentro–. Me dirijo a Zane aprovechando los segundos que nos dió.

–Y no sólo vacié un sobre–. El gris en sus ojos sigue siendo igual de oscuro que su mirada. Está molesto en verdad.

Encubiertos || TERMINADA || [ +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora