Capítulo 40

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[ Red ]

El nudo en mi garganta empieza a crecer, y mis manos se aferran al mármol como si el mañana no existiera. La transpiración corre por mi piel, y mis rodillas amenazan con debilitarse y hacer flaquear a mi cuerpo. Mis ojos quieren salirse de mi rostro, mientras su cuerpo se mueve en mis pies y su boca gesticula palabras.

Está gritando, pero no puedo oírlo.

Corriendo tras los vidrios, levanta los más grandes despejando a mi alrededor. Sus azules preocupados voltean a observarme constantemente, mientras leo lo que su boca grita.

–¡Red! ¡Red!–. Una y otra vez, pero mi cuerpo paralizado no reacciona.

–Murió –grito en lo profundo de mis pensamientos.

Lágrimas brotan, salen una tras otra.

¿Cómo es que todo esto sucedió?

|| Minutos atrás ||

–Mierda –maldigo para mis adentros, a la vez que incómodamente alejo su cuerpo del mío.

Confundido me observa.

Si mis reflejos no me engañan y mis ojos vieron correctamente, Zane estaba en la puerta de la cocina, observando como Nick sin remera estaba apretando mi cuerpo sobre el mármol.

Y no sé por qué carajos esto me afecta como si estuviera engañando a una persona. O por qué mi forma de reaccionar cambió totalmente. Rápidamente me deshice de Nick con sólo pensar que sus ojos estaban viendo algo totalmente equivocado.

–¿Red? –pregunta ante mi silencio.

–No puedo–. Bajo la vista al suelo, juego con mis manos nerviosas.

No quería. No quería sus malditos labios.

No debías vernos así. No debiste volver.

–Está bien–. Intenta calmarme tomando mis manos, pero rápido las quito antes de que él llegue hasta ellas.

–Buscaré el vino–. Volteo bruscamente.

–Tranquila, lo haré yo.

–Puedo hacerlo –insisto, haciendo unos pasos al costado para sacarlo del taburete de arriba.

–Sé que puedes, pero déjame ayudarte.

–Nick lo hago yo–. Abro la madera y corro la botella del vino tinto para buscar el blanco dulce, cuando su mano se entromete en medio de la mía.

–Red por favor.

Pero de su insistente actitud, y por su mano entrometida de por medio, la botella de vino tinto se resbala de su lugar, volando a mi lado y estrellándose en el suelo.

Mis ojos siguen su trayectoria, contemplando como la botella se parte en mil pedazos ante el impacto. El ruido aturde mi cuerpo, mientras su contenido se desparrama por todo a mi alrededor.

Gotas llegan hasta mis tobillos, y los pedazos de vidrios rebotan en el suelo viajando en distintas direcciones, golpeando casualmente uno de mis dedos.

Es una simple botella. Un simple accidente.

Sé que eso parece, pero el enorme charco de alcohol rojo paraliza mi cuerpo al traer a mi mente aquel catastrófico momento.

Bordo, no tan espeso como la sangre, pero con el mismo color. La pendiente en la casa está desigual, el líquido empieza a correr por las baldosas.

Mis ojos abiertos de par en par, perdidos en el suelo, sólo pueden ver una cosa: Sangre.

–Las amo Red y... –. Su voz vuelve a mí, suena idéntica, como si hubiese sido ayer.

Encubiertos || TERMINADA || [ +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora