c a p í t u l o 37

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— ¡Tony, ya basta!

El enfrentamiento había llegado a un punto sin retorno, las heridas ya eran bastante graves y profundas como para optar por una conversación civilizada.

Celine prácticamente tuvo que usarse a sí misma como escudo humano antes de que Tony se abalanzara sobre Bucky con las manos directo a su cuello.

— ¡No te metas!

Con una rapidez extraordinaria, James logró apartar a Celine del camino antes de que se fuera lanzada a un lado por el millonario si volvía a cruzarse en su camino.

Intentar hacer las paces era una causa perdida, la furia lo cegaba a tal grado de ser capaz de cometer una locura.

Celine, con las rodillas pegadas al suelo, con una gran impotencia recorriendo cada parte de su ser al ver como todo se desmoronaba ante sus ojos. A pesar de tener la capacidad de poder terminar con la pelea en un par de segundos, su cuerpo parecía no responderle.

— Tony, esto no cambiará lo qué pasó. —sus palabras eran como espinas, tanto que incluso pronunciarlas le lastimaba— Quieres matarlo, pero eso no hará que regresen.

El pecho del hombre de acero subía y bajaba con rapidez sin perder de vista al soldado. Steve había intentado con todas sus fuerzas detener todo esto y había terminado bastante herido en el proceso, aún así no tardó mucho en intervenir, con la intención de que su amigo tuviera tiempo de escapar

Celine aún sentía sus manos temblorosas, era como si sus poderes estuviesen bloqueados y una carga pesada se dejara caer sobre sus hombros, todo eso acompañado de un dolor punzante en el pecho. Apenas pudo reaccionar cuando James la tomó con cuidado pero con bastante apuro y la llevo hasta la única salida cercana.

— Tienes que irte de aquí. —le dijo con bastante urgencia mientras que en la parte de abajo aún se escuchaban los golpes y varias piezas de acero cayendo de su lugar.

— No me iré sin ti. —dijo apresurada, con una mirada que reflejaba pánico y angustia. Al punto al que habían llegado las cosas, la posibilidad de que uno de ellos muriera era bastante alta.

Bucky mordió su labio inferior, le dio un rápido vistazo a unas cuantas heridas que tenía en los brazos que ella ni siquiera había notado pero que en ese momento poco le importaban.

— Lo lamento. —fue lo único que pudo decirle en casi un susurro antes de sacarla de aquel lugar.

(...)

El frío muy pronto comenzó a calarle los huesos y aunque su angustia era mayor que esa sensación, no pudo evitar sentirse atraída por unas voces bastante cercanas. A unos cuantos metros de distancia se encontraba, sorprendentemente, T'Challa. Al verlo portar el traje de pantera negra pudo deducir con facilidad que no estaba ahí precisamente para conversar. Pero a su lado, lo que vio y escucho le hizo hervir la sangre, tanto como para que el rey notara su presencia.

— Tú. —masculló apretando la mandíbula— Tú eres el culpable de todo esto.

Cualquier bloqueo que su mente haya tenido desapareció de un momento a otro, sus manos se cerraron en puños y la ira se reflejaba en sus ojos.

— Celine, no hagas locuras. —T'Challa se colocó frente a ella, impidiéndole el paso hacía su objetivo.

La chica lo miró incrédula. Hace unas horas él hubiese matado a James sin siquiera pensarlo dos veces, ahora tenía al verdadero culpable frente a él ¿y no hacía nada?

— Mi padre vivía a las afueras de la ciudad, creí que estaríamos a salvo ahí. —comenzó a relatar Zemo, dándole una explicación— Mi hijo se emocionó tanto, incluso vió a Iron Man por la ventana del auto. Le dije a mi esposa: "No te angusties, están peleando en la ciudad. El peligro está muy lejos". Cuando los gritos cesaron y el humo se dispersó todavía tarde dos días en encontrar sus cuerpos. Mi padre aún tenía a mi esposa e hijo en sus brazos. Y los vengadores... se fueron. Sabía que no podía matarlos, personas más poderosas que yo lo intentaron. Pero si podía hacer que se mataran entre ellos... Lamento que tu padre muriera. —la última frase fue directamente para el joven rey.

El sentimiento de ira en el pecho de Celine fue reemplazado por dolor. Recordó cada detalle de aquella batalla, los gritos y la desesperación de la persona, las pérdidas que ambos lados tuvieron. Cada vez que algo amenazaba el mundo, ellos tenían que defenderlo, y siempre se tenía que dar algo a cambio. Pero, ¿quien los ayudaría ahora cuando su propio mundo se estaba viniendo abajo?

— Perdiste todo, no sabes cuanto lo lamento. —dijo ella, con la voz quebrada y los ojos llenos de lágrimas que trataba de contener— Pero ahora mismo tres hombres que son muy importantes para mi están peleando a muerte ahí dentro. El hombre que amo podría morir todo por lo que tú iniciaste. James es inocente, si quieres vengarte hazlo conmigo, anda, mátame a mi ahora.

— Lamento que las cosas tengan que ser así. —le respondió Zemo— Dices que él podría morir por mi culpa, pero ¿cuánto tiempo crees que podían seguir ocultando la verdad? Yo sólo apresuré un poco las cosas.

— La venganza te ha consumido, los consumirá a ellos. —dijo T'Challa, luego se dirigió a Celine que había regresado a su posición de ataque— No podemos dejar que nos pase lo mismo a nosotros. La justicia ha de llegar al final de esto.

Zemo soltó una corta y áspera risa, metió una de sus manos en su abrigo tomando con seguridad un arma y colocándola debajo de su mandíbula.

— Dile eso a los muertos.

T'Challa fue lo bastante rápido para detenerlo y sujetarlo con fuerza evitándole cualquier intento de escape. Celine tomó el arma con decisión y lo amenazo apuntando directo a su rostro, su mano temblaba al igual que la confianza en su propio autocontrol.

— Celine... —la voz de T'Challa le parecía lejana— Celine, detente.

Ya nada le parecía claro, ni la voz del rey, ni sus pensamientos. Sólo podía concentrarse en los ojos del culpable de las recientes desgracias. Podía acabar con todo de un solo movimiento...

— ¡Celine! —la voz de James resonó en su cabeza, sin embargo, cuando reaccionó era siendo T'Challa quien seguía llamándola— Yo me encargo de él. —y extendió su mano para que le entregara el arma— No tienes por que hacer esto.

Su voluntad aún tembló por unos momentos. Aunque al final, termino cediendo y dejo que T'Challa tomara en asunto en sus manos, después de todo, él tenía razones de sobra para hacerlo.

Se sintió débil ante tantas emociones, sus rodillas cayeron sobre la nieve y se abrazó a sí misma en un intento de protegerse del frío. Perdió la cuenta de los minutos qué pasó ahí, sola, pensando en todo lo sucedido, en lo que estuvo a punto de hacer, esperando que las figuras de tres hombres aparecieran frente a ella... pero ocurrió lo menos inesperado.

Aparecieron, si, pero sólo dos de ellos. Bucky apenas podía andar por si mismo, su rostro estaba cubierto de sangre y por si fuera poco, su brazo de metal ya no estaba. Steve también estaba herido, pero aún tenía fuerzas para sostener a su amigo.
Celine ahogó un grito agudo y lo primero que hizo fue correr hacia ellos y tomar el rostro de James entre sus manos, él apenas podía mantener los ojos abiertos antes de caer de rodillas sobre la nieve.

— ¡James! —chilló ella intentando sostenerlo con las fuerzas que tenía.— Amor, reacciona por favor. —luego busco respuestas en su amigo, ya bastante alterada— ¿Cómo pudo pasar esto? ¿En donde está Tony?

Steve soltó un pesado suspiro y la miró con pena, dolor. Algo dentro de él estaba roto y tardaría mucho tiempo en repararlo.

— Todo terminó, Celine. Ya nada volverá a ser como antes. —le dijo en casi un susurro.

Celine negó, rehusándose a creerlo.

— No podemos dejarlo aquí.

— No va a querer escucharme, lo intente todo este tiempo.

Celine miró a James, aún no reaccionaba y al parecer tardaría un poco en hacerlo. Despejó su rostro de algunos mechones de cabello y besó su frente con cuidado.

— Pero tal vez a mi si.

(...)

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora