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Cuando el tono de llamada comienza a sonar, de la única cosa que estoy segura, es que es temprano, porque de ser una hora razonable, yo ya estaría despierta. Tanteo la alrededor buscando el teléfono en la mesita de noche. Hasta que doy con él y abro los ojos solo un poco para ver el nombre de Maneth en la pantalla antes de contestar.
No puedo negar que me sorprende su llamada, aunque a la vez me encuentro con un raro sentimiento de tristeza. No la he vuelto a ver desde que terminaron las grabaciones, y aunque hemos estado hablando muy seguido, no es lo mismo de ninguna manera. Le he extrañado, mucho. Y creo que de cierta manera se debe también al hecho de que hasta el momento, ella y Kurtz podrían ser las únicas dos personas a las que puedo considerar amigos. Las únicas que me quedan. Así que me hago una reprimenda mental, puesto que independiente de lo que me esté pasando, no debo descuidar a mis amigos. No debo dejar de llamarlos para saber si les está yendo bien.
—Hola—musito restregándome el rostro para intentar despertar. No he visto la hora, pero por la claridad del día, no pueden ser mas de las diez de la mañana.
—Athemia, ¿Te he despertado, no?
—Si, pero no pasa nada. Que igual ya me tenía que levantar.
Escucho algún tipo de afirmación desde el otro lado. —¿Estas bien? ¿Qué ha pasado?
—¿Eh?— pestañeo un par de veces algo perdida, y no sé muy bien por qué, separo el teléfono de mi oreja, como para estar segura de que estoy hablando por teléfono y no soñando. —¿Sí?... ¿Por qué?
—¿No lo has visto? Ah, no, pues claro que no lo has visto, si te he despertado Que idiota, lo siento.
Me impulso y me siento en la cama casi de un salto. —¿A qué te refieres? ¿Si es que he visto qué?
Se forma un silencio detrás de la línea y no tengo que escucharla decir nada para saber que debe estarse reprochando. Maneth no es del tipo de persona que va por la vida sacándose los chismes de la lengua. Si me ha llamado para preguntarme, es porque ha supuesto que yo ya lo sabía y que sea lo que sea, necesito hablar con alguien.
—Ha salido un artículo sobre ti que se ha esparcido... muy rápidamente...
—¿Sobre mí?
—Si, bueno, sobre tu compromiso con Daxwell, más precisamente.
Eso no puede salir bien.
—¿Qu... Que es lo que dice?
—Que lo has engañado— suelta por fin, sin ningún otro tipo de demora.
—Diablos.
Lo primero que se me ha pasado por la cabeza cuando ella ha dicho lo del artículo, es que Zhiv ha cumplido su promesa y que envió el video con las peores cosas que tiene de mí, como para destrozar y aplastar toda mi reputación y hasta la última gota de orgullo que me quedara de mí misma. Pero aunque de cierta manera me lo había advertido, no esperaba esto. En lo absoluto.
—¿Qué es lo que dice exactamente?
—Creo que es mejor que lo leas por ti misma, porque son palabras... feas. La verdad no me gustaría repetirlas, y mucho menos hacia ti.
Vale, eso sí que pinta mal.
—Está bien, no te preocupes. Lo leeré.
—Si, pero ¿Estarás bien?
Su forma de reaccionar no hace más que hacerme sentir incluso peor. Un artículo dice que soy una perra que ha engañado y botado a su prometido por otro, y mi amiga viene y me pregunta si es que estoy bien. Cuando lo normal, sería que eso se le pregunte a quien ha sido engañado. Se supone que yo debería ser la bruja mala.
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La velocidad del vacío
RomanceAthemia Cashworth está a medias. Su vida se divide en dos, y justo en el centro se encuentra aquel accidente que destruyó todo lo que tenía; su carrera, sus amigos, incluso sus recuerdos. Luego todo inició de cero, o simplemente inició. Acarreando c...