La luz del sol se colaba por la ventana provocando que todo el dormitorio quedase iluminado, Emma fue la primera en despertarse y lo que sus ojos contemplaba era un monumento digno del mejor escultor de todos los tiempos. Regina apoyada sobre su hombro y con su mano sobre su abdomen, estaba tan solo tapada por una simple sábana blanca que dejaba a ver sus esbeltos muslos y su espalda. Comenzó a dibujar sobre la piel que quedaba descubierta y provocando que Regina abriese los ojos lentamente. Ambas miradas se cruzaron y una sonrisa se dibujó en ambos rostros.
– Buenos días, preciosa.- Dijo Emma acercando sus labios a los de la morena, colocándose de lado para poder mirarla mejor.
– Buenos días.- Respondió Regina aceptando el beso y mirando la cara de felicidad de Emma.- Deberíamos levantarnos, creo que Henry se habrá despertado hace un rato.- Se giró buscando su móvil para mirar que hora era.
– Venga... un ratito más.- Dijo Emma poniendo cara de pena.- Creó que Henry debe estar agotado y tú y yo podemos hacer cosas mucho más divertidas.- Afirmó Emma con una sonrisa socarrona en sus labios.
– Siempre pensando en lo mismo, Señorita Swan.
– Siempre pensando en ti, Señorita Mills.
– Es un halago, pero ahora toca levantarse y hacer el desayuno.
– Puede que ayer le prometiese a Henry que le llevaría al cine, ¿Podríamos ir?- Dijo Emma mirando directamente a la morena en los ojos.
– Está bien, Emma. Creo que sino mi hijo no te lo perdonaría.- Respondió Regina levantándose de la cama.
– ¿Dónde están mis bragas?- Preguntó sin levantarse de la cama.
Antes de terminar de levantarse, Emma tiro de su brazo y la obligo a besarla por última vez antes de terminar de ponerse en pie. Los ojos de Emma se desorbitaron cuando vieron a la morena completamente desnuda delante de ella.
– Toma, eres un desastre.- Respondió riendo y tirando las bragas de Emma sobre la cama mientras la rubia seguía inmersa en contemplar su cuerpo desnudo.
– No sé si te lo he dicho, pero creó que deberías vestirte cuanto antes.- Dijo y vio la cara extrañada de la morena que no entendía porque decía eso justo después de pedirle que se quedase un rato más en la cama.- Como no lo hagas creo que no podré hacerme responsable de lo que pase en esta habitación.- Regina rio sonoramente y volvió junto a ella para darle un beso en los labios y otro en su vientre descubierto.
Regina se vistió rápidamente ante la atenta mirada de la rubia que no podía evitar perderse en sus curvas, con ella parecía insaciable, solo pensaba en hacerle el amor. Salió de su dormitorio no sin antes avisarle a Emma de que debía tener cuidado con Henry y no decirle nada, al menos no de momento.
Cuando Emma terminó de ponerse el traje que llevaba la noche anterior salió con cuidado del dormitorio y siguió el olor a tortitas recién hechas. Bajo a la cocina y la escena que contemplo la enterneció, Regina aun en pijama sirviendo el desayuno a su hijo que reía ante las ideas que proponía.
– Buenos días, chico.
– Hola, Emma. ¿Qué haces aquí?
– Ayer como era tan tarde me quedé a dormir aquí.- Dijo Emma notando el nerviosismo de Regina y no poniendo evitar sentir sus mejillas enrojecer al imaginarse lo que habían hecho anoche.
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Cruce de destinos
FanfictionRegina Mills y Emma Swan se encontraran para cambiarse la vida mutuamente. Regina Mills una prestigiosa abogada y Emma Swan una futura mujer de negocios.