Regina se levantó esa mañana con más energía que de costumbre, estaba feliz por cómo se había desarrollado las cosas y adoraba como Emma había cambiado y como ese cambio tenía mucho que ver con ella, Regina no quería cambiar la forma de ser de la rubia pero quería que ella fuese una mujer mejor y que dejara atrás todas las locuras de juventud. Tras arreglarse para ir al trabajo, se fue a la cocina y comenzó a hacer el desayuno para su hijo, cuando terminó se fue a despertar al niño.
– Henry, cariño. Despierta.- Dijo la morena suavemente mientras acariciaba los cabellos de su hijo.
– Mama, un ratito más.-
– Vamos, Henry. Sabes que no podemos retrasarnos. Te espero en la cocina con el desayuno.-
Regina bajó las escaleras y escucho como Henry se levantaba de la cama y comenzaba a vestirse, aunque era algo perezoso nunca le había dado problemas en nada.
Antes de ir a la cocina salió a coger el correo como cada mañana, a parte de varias facturas encontró un sobre amarillo con su nombre escrito a mano. Justo cuando estaba a punto de abrirlo su hijo entro en la casa y decidió guardarlo para abrirlo más tarde.
Desayunaron tranquilos y Regina llevo a su hijo al colegio como era habitual cada mañana. A eso de las 10 entro en su despacho.
– Señora Mills, tiene una reunión en una hora con los accionistas para tratar algunos asuntos del bufete y le he dejado todos los documentos sobre el caso.- Dijo Ruby con una sonrisa y siguiendo a Regina hasta su despacho.
– Está bien, muchas gracias, Ruby. Avísame 10 minutos antes de la reunión y ahora puedes retirarte.- Dijo Regina que en los últimos días estaba mucho más agradable y feliz que de costumbre.
Al sentarse en su mesa y estar algo más relajada saco el sobre de su maletín y lo abrió, en él encontró unas fotos en las que salía con Emma en su cabaña, estaba consternada. Sus manos comenzaron a temblar y todo su mundo parecía tambalearse. Unas lágrimas se escaparon de sus mejillas, comenzó a pasar las fotos y encontró varias fotos de las dos juntas y en las dos últimas la rubia aparecía besándose con otra mujer a la que no conocía su corazón se hizo mil pedazos al pensar que Emma la había engañado y que no había cambiado, que solo la había utilizado para acostarse con ella. Aunque estos pensamientos recorrían su mente a una velocidad de vértigo todos los actos de la rubia le generaban dudas, nunca se hubiese tomado tantas molestias para acostarse con ella si podría tener a cualquiera. Su mundo se destruía y ella parecía no saber cómo actuar. Después revisó más afondo las fotos y en el sobre apareció una nota escrita a ordenador y sin firmar.
Regina Mills es usted una mujer inteligente, creó que las fotos hablan por sí solas
pero por si acaso necesitabas una confirmación ahí la tienes. Esa es realmente
Emma Swan. No tienes que darme las gracias realmente considero que
mereces algo mejor que una mujer así. No intentes averiguar quien
soy simplemente considerarme un amigo.
Tras terminar de leer la carta su corazón se había destruido en mil pedazos, realmente pensaba que Emma había cambiado y que quería formar algo serio con ella pero no era así solo la había utilizado solo había sido una más en esa larga lista que tenía. En ese momento su móvil comenzó a vibrar y vio un par de llamadas perdidas de y varios Whatsapp de la rubia pero no quería saber nada de ella no en este momento. Su teléfono comenzó a sonar.
– Dime, Ruby.- Contesto la morena dejando entre ver su cambio de humor.
– Señora Mills, la señorita Emma Swan quiere hablar con usted.
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Cruce de destinos
FanfictionRegina Mills y Emma Swan se encontraran para cambiarse la vida mutuamente. Regina Mills una prestigiosa abogada y Emma Swan una futura mujer de negocios.