– ¡Auch!- Dijo Emma separándose ligeramente de la morena y con una media sonrisa, pero sin soltar sus mejillas y sin separar sus miradas.
– Lo siento, ¿Te he hecho daño?- Respondía Regina con la mirada asustada y apunto de separarse de la rubia.
– No, tus labios nunca podrían hacerme daño.- Contestó Emma sin dejar que sus ojos huyeran de los suyos.
– Creo que deberíamos ponernos a trabajar.- Regina se levantó del sofá pesando que sus piernas no sería capaz de mantenerla por los nervios que tenía en todo su cuerpo.
Emma se levantó sin saber lo que le pasaba a Regina, pero prefirió ponerse a trabajar y distraer su mente, más tarde trataría todo este tema con ella.
Pasaron toda la mañana entre papeles y documentos, cruzándose alguna que otra mirada y si llegar a concentrarse realmente. Regina no sabía cómo manejar esa situación, sabía que sentía algo por Emma pero no podía ni aceptarlo ni seguir adelante con esa locura, por otro lado, Emma nunca había sentido algo parecido, nunca una mujer se había instaurado de forma permanente en sus pensamientos y le hacía replantearse de esa forma su manera de vivir y de ser. Tras varias horas de trabajo bastante infructuoso decidió romper el silencio e intentar aclarar las cosas con la morena.
– Regina, podemos dejar esto un momento.- Dijo Emma levantándose de su silla y acercándose a la mesa donde Regina tenía colocados todos los papeles.- No puedo seguir así, no puedo seguir fingiendo que no te he besado y que no me ha encantado.- Afirmó Emma sentándose en el sofá indicándole a la abogada que se colocara a su lado.
– Señorita Swan, deberíamos seguir trabajando. Mañana tengo que volver al bufete y no hemos acabado con todo esto.- Dijo señalando todos los papeles que había sobre su mesa.
– No consigo concentrarme, ¿No lo entiendes? Si no aclaro todo esto yo.... yo no voy a poder hacer nada.- Emma volvió a señalar el sofá y esta vez Regina se levantó y acepto sentarse a su lado.- Gracias, necesito hablar de esto, sé que no es la mejor manera ni el mejor lugar, pero ya no lo aguanto más.- Se giró ligeramente en el sofá para poder mirar a la morena a sus ojos. Que estaba callada y muy nerviosa.- Creo que es indiscutible que hay algo entre nosotras, algo a lo que no se ponerle nombre y a lo que me da pánico aferrarme.- Regina en ese momento colocó su mano sobre los labios de la rubia incitándola a que no dijese nada más.
– Señorita Swan, creo lo que ha pasado ha sido fruto de la situación y no creo que debamos darle más importancia de la que tiene. Nos hemos besado y ya está.- Decía Regina dándose cuenta que no estaba sonando nada convincente y como Emma bajaba la mirada y parecía estar dolida por sus palabras.
– Lo siento, Señora Mills. Yo, pensé que...- La voz de Emma se quebró por unos segundos.- Pensé que usted si sentía algo. No quería ponerla en una situación complicada, ni siquiera sé si usted tiene pareja o...
– No tengo pareja, ese no es el problema.- Soltó abruptamente, y dándose cuenta que había interrumpido a la rubia. Otra vez sus labios se habían adelantado a su mente.- Lo siento... no quería que hubiese ningún malentendido.- Por alguna razón le molestaba que Emma pudiese pensar que ella tenía a alguien en su vida y que por eso la rechazaba.
– ¿Cuál es el problema?- Esas palabras taladraban su cabeza. Regina creía que había un problema y ella necesitaba saber cuál era. Vio la cara extrañada de la morena e intento explicarse mejor.- Usted ha dicho que no tenía pareja y que ese no era el problema, entonces significa que existe uno y que me gustaría conocer.- Emma intento ser lo más clara posible, ya que esa conversación estaba siendo muy distinta a como la había imaginado, Regina no parecía dispuesta a colaborar para aclarar lo que les estaba sucediendo.
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Cruce de destinos
FanfictionRegina Mills y Emma Swan se encontraran para cambiarse la vida mutuamente. Regina Mills una prestigiosa abogada y Emma Swan una futura mujer de negocios.