Capítulo 15

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La cena terminó y Emma y Regina comenzaron a limpiar la mesa, eran cerca de las 10 de la noche y Henry parecía exhausto, se había pasado toda la tarde dando saltos y divirtiéndose con la rubia.

Henry, ¿Estas muy cansado?

No mama. Estoy bien. Quiero seguir jugando con Emma.- La rubia soltó una carcajada al ver como el niño a pesar de estar casi durmiéndose quería seguir con la fiesta.

Nos quedaremos a dormir, pero con la condición de que mañana temprano nos lleves a casa para que nos dé tiempo a cambiarnos.- Dijo Regina acercándose al oído de la rubia, sabía que Emma estaba encantada con su decisión pero a pesar de ello no podía cederle todo el control a la rubia.

Está bien, tú deseos son órdenes para mí.- Afirmó Emma sin separarse un milímetro de la morena.- Campeón, te llevo a la cama y ya mañana jugamos.

¿Vamos a dormir aquí? ¿Contigo?- El niño estaba sorprendido, lo que provocó que el cuerpo de Regina comenzase a temblar. Tenía miedo de que Henry no aceptase a Emma ya que su hijo siempre sería lo primero en su vida. Emma notó ese miedo y se arrodillo delante del niño.

Si... ¿Te molesta? ¿Quieres irte a casa?

Claro que no. Me encanta tu casa, aunque la mía también está muy guay. Me gusta estar contigo además haces sonreír a mama.- El niño paró para respirar y se escuchó un resoplido de tranquilidad por parte de la morena además de una sonrisa de satisfacción por parte de la rubia.- ¿Me enseñas mi cama?

Claro que sí. Ven.

Regina los siguió a los dos y vio como Henry alucinaba con el dormitorio en el que Emma lo había instalado. Tenía todas las pareces llenas de postes y una colección increíble de cómics que Emma había comprado tras el incendio de su casa, no tenían el mismo valor sentimental pero se sentía bien al tenerlos. Encima de una pequeña repisa vio una foto donde aparecían sus padres con ella en medio, los tres parecía felices. Henry se acostó y Regina vio cierto aire de preocupación del niño por lo que se acercó a él y lo tapo dándole un beso de buenas noches al igual que lo hizo Emma por petición suya.

Las dos se marcharon al salón y Emma sirvió una copa del mejor vino que tenía.

Eres una manipuladora de lo peor, Emma Swan.- Dijo la morena con una medio sonrisa aceptando la copa de la rubia.

Eso me ha ofendido, ya que la otra noche no parecía importante lo manipuladora que era.- Respondió Emma provocando que se encendieran las mejillas de Regina como si fuese una adolescente con las hormonas revolucionadas.

Siempre pensando en lo mismo, Emma.

Esa frase me suena.- Dijo Emma acercándose peligrosamente al cuerpo de la morena que ni siquiera se había sentado aún en el sofá.- Pero no desde que te conocí solo pienso en una cosa, y es en ti. En tus ojos, en tus labios, en tu cuello, en tu cuerpo...- Dijo Emma besando cada una de las partes que iba diciendo.

Emma, ya en serio. Mi hijo está ahí al lado. No estoy preparada para esto.

Lo haremos a tu ritmo, pero muy a mi pesar este apartamento solo tiene dos dormitorios. Así que, Miss Mills, creo que le tocará compartir habitación conmigo.- Habló Emma tomando el último sorbo de su copa y mirando hacia la dirección de su habitación.

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