Regina despertó sola en la habitación, pero sabía que Emma había estado allí o al menos eso creía, no sabia si ese beso era parte de su hermoso sueño. Se levantó perezosamente y tras ver la hora que era saltó de la cama dejando caer las sabanas llenas de chocolate al suelo. Miró a su alrededor para ver un hermoso vestido y una nota:
Ponte este vestido, te espero en el jardín.
Era una nota muy breve pero muy directa, tras darse una ducha rápida y peinarse se puso el hermoso vestido y sus tacones y bajo, pensando que tal vez le resultaría sumamente difícil encontrar la puerta el jardín en una casa tan grande, pero todo se facilitó cuando encontró un rastro de pétalos de rosas y globos que siguió, al llegar a la puerta de cristal pudo ver a Emma contemplando el hermoso paisaje perdida completamente en sus pensamientos, pasó un par de minutos hasta que Emma se giró y la vio.
– Preciosa, ¿Qué haces ahí parada?- Dijo Emma tendiéndole la mano para que llegase a su altura.
– Estaba contemplándote, te ves hermosa.- Contestó Regina besando suavemente los labios de Emma.
– Ven, siéntate. Le ofreció una silla. Espera un segundo, voy a por la comida.- Emma desapareció durante unos minutos para aparecer con una gran bandeja en sus manos.
– ¿Qué significa esto, Emma?- Preguntó Regina totalmente desconcertada por la actitud de la rubia.
– Sólo quiero consentirte un poco. Te lo mereces.
Tras comer y dar un largo paso por los hermosos jardines de la casa, Emma llevó a Regina a un pequeño espacio con una fuente y un banco de mármol blanco.
– Este sitio es precioso, Emma.
– Fue lo único que sobrevivió de la casa de mis padres tras el incendio.- Dijo con un gran dolor pero intentando no demostrarlo.
– Debió ser muy doloroso, pero sabes que ellos estarán muy felices de verte ahora.- Respondió Regina cogiendo la mano de Emma.
– Si lo sé, por eso te he traído aquí. Tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida y ellos lo saben. Empezó a decir Emma mientras guiaba a la morena hacía el banco. Regina, te quiero, sé que no lo digo muy a menudo pero lo siento, mi corazón aprendió hace mucho tiempo que sentir lo hacía sufrir por eso colocó una coraza a su alrededor al igual que te pasó a ti.
– Emma....
– No, déjame continuar. Pero hemos aprendido a destruir esa coraza poco a poco, no ha sido un camino fácil y probablemente lo que nos espere tampoco lo sea, pero me consolara que en los momentos difíciles gire mi cabeza y te vea caminando a mi lado. Porque yo no quiero hacer promesas vacías que queden en el olvido, yo quiero caminar a tu lado, ayudarte a levantarte cuando caigas o simplemente tumbarme a tu lado, porque eso haces tú conmigo día a día. Hoy te he traído a aquí porque hoy sé que estoy realmente preparada para hacerte feliz, para formar esa familia que tanto deseamos, en la que tú y Henry seréis lo más importante para mí. Aquí mi madre me dio una segunda oportunidad, después de cometer una de las mayores locuras de mi vida y hoy aquí quiero empezar una vida contigo. Regina Mills, ¿Quieres casarte conmigo?- Dijo Emma arrodillándose frente a la morena que no podía evitar las lágrimas. Emma sacó un hermoso anillo de su bolsillo y se lo tendió a la abogada que parecía no poder decir palabra.
– Emma Swan, consigues dejarme sin palabras.- Dijo Regina mientras cogía una de las manos de Emma la llevaba a su pecho. No existen palabras que puedan expresar lo que siento, pero tal vez si sientes mi corazón te puedas hacer una idea, porque él sólo late por ti y por Henry. Sería inmensamente feliz siendo tu esposa.
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Cruce de destinos
FanfictionRegina Mills y Emma Swan se encontraran para cambiarse la vida mutuamente. Regina Mills una prestigiosa abogada y Emma Swan una futura mujer de negocios.