Capítulo 22

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Emma entró decidida a la cabaña, la puerta estaba abierta y no se veía casi nada, todo estaba muy oscuro pero pudo ver a Henry en el fondo sentado en un sillón con un gran libro en sus manos, el niño parecía tranquilo para la situación en la que se encontraba y eso la relajó un poco, sabía que estaba bien y eso era suficiente de momento. Se acercó a él lo más rápido posible y lo estrecho entre sus brazos, el niño respondió al abrazó sintiéndose mucho mejor.

¡Emma! Estas aquí.- Gritó el niño emocionado al verla aparecer por la puerta.

Si, chico. Estoy aquí, tú tranquilo yo te cuido.- Dijo besando la frente del niño que ahora parecía algo agitado.

¿Dónde está mama? ¿Por qué no está aquí? Ese hombre me da miedo. No quiero seguir aquí... ¿Nos podemos ir?- Dijo el niño con los ojos esperanzados.

Chico, no tienes que tener miedo. ¿Te acuerdas de la primera vez que no vimos? Tú y yo no enfrentamos a un hombre malo y ganamos esta vez también lo haremos como unos caballeros de gran armadura como los de los cómics que leemos.- Dijo la rubia intentando coger al niño en brazos para salir de la casa que parecía vacía. Fue cuando se dio la vuelta que vio una sombra apuntándola con un arma. Emma dejó a Henry en el suelo y lo cubrió con su cuerpo para evitar que sufriese ningún daño.

¡Emma Swan en persona!- Gritó el hombre mientras salía de detrás de una puerta y dejándose ver. - ¿Pensabas que sería tan fácil irte de aquí? Me subestimas demasiado, Swan.

¡Tú! ¿Por qué no me sorprende?- Afirmó Emma mientras seguía cubriendo al niño con su cuerpo.

¿Sorprendida, Emma? Creó que nunca pensaste lo que significaban tus actos. Ahora te arrepentirás.

¿Por qué haces esto? ¿Qué te he hecho yo para que me quieras torturar?- Preguntó Emma sin saber que había provocado semejante ataque.

Nunca te diste cuenta. Yo debía ser el heredero de todo no tú. Una huérfana con antecedentes heredando el imperio Swan.- Escupió el hombre mientras que de los ojos de Emma se escapaban unas cuantas lágrimas silenciosas.

¿Es eso lo que querías? ¿Sólo buscabas el dinero de mis padres? Eres un cobarde y un infeliz.- Atacó Emma sin poder evitar los nervios que le provocaba la repentina confesión de ese hombre.- Nunca has sabido lo que es la felicidad.

Emma, Emma, Emma, nunca te das cuenta de nada. Yo ya no quiero dinero quiero venganza, me he pasado la vida trabajando y pegada a los Swan para poder tener todo cuando ellos murieran en cambio tú no tuviste que hacer nada.

¿En serio, Neal? Eres un cobarde, tú nunca has trabajado, has estado robando a mis padres todo este tiempo. Deja que el niño se vaya, y tú y yo arreglaremos esto de una vez.- Dijo Emma intentando poner a Henry a salvo.

El niño no se va a ninguna parte, él es el único que hace que tú sigas aquí. Y a mí me apetece compartir un poco más de tiempo contigo.- Respondió irónicamente Neal.

Yo no me iré a ningún sitio, pero deja que el niño se vaya.- Suplicó Emma mientras el niño se entraba detrás de ella temblando y sin casi poder moverse.

¿Desde cuándo te preocupa algo que no seas tú?

Neal, por favor no hagas esto.- El hombre paseaba por la habitación con la pistola dando vueltas sobre su mano provocando que el cuerpo de Emma se tensara cada vez que volvía a apuntarlos. Notaba que Neal estaba bebido y que era muy peligroso, pero sabía que solo debía de ganar algo de tiempo para que la policía pudiese llegar a la cabaña.

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