Capitulo 16

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Aidan está sentado al final de las escaleras y me siento ridícula con esta maldita pijama. Bajo a sentarme al lado suyo con toda la dignidad posible por ir vestida de esta manera. Sé que tengo que decir algo por lo que sucedió arriba y me obligo a hablar.

—No te enfades con ella — le pido — ¿Sabes? cuándo me pasó lo mismo, quería a mi madre. Ella debió recordarla, o soñarla en ese momento. Está bien

El niega pasando sus manos por su rostro a modo de frustración.

—Emma se ha enfermado antes, y nunca la había llamado

Noto como evita decir la palabra que su hermana pronunció.

—Ella no puede recordar a esa mujer — vuelve a hablar mirando a un punto fijo en la pared delante de nosotros — Nos abandonó cuando Emma tenía dos años. Ella no la recuerda

Miro al mismo lugar donde mira él, si lo que Aidan dice es verdad. Eso significa que...

—Ella te hablaba a ti

—En ese caso... También está bien — me encojo de hombros — Si lo que necesita es una madre en estos momentos, lo seré. 

Su mirada se posa en mí. Hay un brillo en sus ojos que no dejo pasar por alto.

No te enamores de mí, por favor.

Aclara su garganta volteando la mirada.

—Creí que no hacías caridad — bromea, recordando mis palabras del parque 

—Algunas personas lo valen — respondo acerca de la caridad, haciendo que sonría de una manera hermosa  

No me molestaría que guardara una sonrisa para mí.

—¿Quieres que te cuente una historia, chica unicornio? — pregunta mientras se estira para colocarme la capucha con el cuerno y asiento repetidas veces.

Sonríe triste y comienza.

AIDAN

Hace 9 años

Hay botellas de cerveza regadas por todo el pequeño piso de la casa, algunas están completamente vacías, mientras otras a la mitad regando el líquido dentro de ellas haciendo que el olor impregne la casa.

Intento recogerlas todas rápidamente antes de que John llegue a la casa con sus amigos como todos los viernes, pero el hematoma en las costillas me dificulta el trabajo cada que intento encorvarme.

El golpe en las costillas fue de hace dos días, así que no ha empezado a sanar. Miro la hora en el reloj que cuelga de la pared, 7:00 en punto. Mamá se está retrasando en el trabajo o comprando cerveza para su esposo.

Vivimos con John desde hace 3 años, mamá lo conoció después de la muerte de papá y abandonamos Francia después de su boda.

El llanto de Emma me distrae de mis pensamientos y corro a verla. Hay solo dos cuartos en la casa, más el cuarto de baño. Mamá no quiere ni ver a Emma desde que nació, así que ella duerme conmigo y me encargo de ella.

La tomo en mis brazos para que deje de llorar y lo hace automáticamente, me reconoce y sonríe enseñándome sus pequeños dientecitos, acaricio su poco cabello, el cual es completamente blanco.

Emma nació con Leucodermia, lo cual hace su cabello, pequeñas cejas y sus hermosas pestañitas blancas. Le doy uno de mis dedos para que lo muerda, mamá gasta todo su dinero en John, y a mí me corrieron del supermercado donde trabajaba, así que no tengo para alimentarla.

Después de la escuela busco empleos de medio tiempo, pero nadie busca a un estudiante.

—Sólo aguanta un poco más, conseguiré un buen trabajo — le prometo y vuelve a sonreír como si me entendiera.

GIVE ME A CHANCE | #1 | Trilogía OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora