Capitulo 21

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HACE 9 AÑOS

Estúpidas niñas. Estúpidos niños. Estúpidos todos.

No puedo dejar de insultarlos mientras camino tratando de no soltar las lágrimas que se acumulan en mis ojos, me obligo a tallarme ambos fuertemente cuando siento que no podré soportarlo más.

A pesar de haber hecho que a uno le acusaran de robo, y a otra le metiera hormigas en su mochila, no puedo evitar que mis ojos ardan.

Mi único zapato resuena por la acerca, ¿A quién se le ocurre quitarle un zapato a alguien y esconderlo? Que infantiles. No sé si quiera porque estoy enojada, no es algo nuevo que se metan con mis cosas, mientras camino llevo mis manos a mi cabello.

Goma de mascar otra vez.

Siento un escalofrío recorriendo mi espalda, me hace sentir incomoda y enojada, hace que me den ganas de destrozar algo, me imagino a ellos sufriendo, eso me calma un poco la sensación, y también me asusta un poco.

Comienzo a pensar en cómo la quitaré para que mis padres y la señora Hollande no se den cuenta, ellos trabajan muchísimo para mantenernos y no quiero preocuparlos con mis problemas. Lo mejor que puedo hacer es inventarme una mentira como siempre y sonreírle a mi papá como le gusta.

Dice que mi sonrisa es como el combustible para él, cada noche va por mí mientras mamá prepara la cena, me cuenta su día y yo le cuento el mío omitiendo todo lo malo. No importa lo cansados que estén, siempre me dan un beso antes de dormir y me dicen lo mucho que me aman. Lo último que quiero hacer es preocuparlos.

Mientras más intento retirar el chicle de mi cabello más se vuelve un desastre, detengo mis pasos cuando llego al supermercado. Y por fin dejo que una sonrisa real se forme en mi rostro, papá me ha dado mesada doble durante un año entero para comprar la nueva edición limitada de la colección de mis muñecas.

Es bueno que mis compañeros no vieran mis ahorros escondidos en mi mochila, bajo mi mirada a mis pies, no creo que me dejen entrar así, y mi cabello parece un nido de pájaros.

Me arde la nariz nuevamente y siento el sollozo que quiere salir pero lo escondo, podría volver otro día — y tal vez — aun tengan la muñeca.

Aprieto los puños, y siento de nuevo esa sensación de querer destrozar algo, respiro hondo y me preparo para irme, pero mi visión capta a un chico sentado en la acera con su cara entre las manos. Veo que suspira profundamente y levanta la cabeza dejándome ver sus ojos.

Son de un azul tan bonito que quiero verlos por más tiempo, él no se ha dado cuenta que lo estoy mirando, así que me permito verlo por unos minutos más cuando veo un charco en sus ojos, justo como el mío hace unos minutos.

Sus ojos son tan azules como el cielo encima de mí, y eso hace que me calme bastante, sin saber por qué.

Me atrevo a dar un paso hacia él y Mamá se mete a mi cabeza.

"No debes hablar con extraños, cariño" manoteo a la nada frente a mi cara como si mamá estuviera ahí. Ignoro la voz de mamá y me acerco a él.

—¿Qué te pasó? — pregunto, como si lo conociera de toda la vida

El frunce el ceño y voltea a todos lados buscando a alguien más que venga conmigo, supongo que no es normal ver a una niña con solo un zapato y el cabello feo.

—¿Qué te pasó a ti ? — me regresa la pregunta levantando una ceja

No sé por qué, pero siento ganas de reír.

—No te importa — le contesto, cruzándome de brazos

—Pues a ti tampoco

Parpadeo ante el tono que usa y noto como se arrepiente pasando una mano por su rostro.

GIVE ME A CHANCE | #1 | Trilogía OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora