Capitulo 8

609 110 34
                                    


En la vida hay altos y bajos, ya sea en tu vida personal, con familiares o con tus amigos.

Mamá solía decirme que Derek y yo terminaríamos como esa típica historia romántica, donde te enamoras de tu mejor amigo y viven felices para siempre.

A las personas suele gustarle esa frase, "Y vivieron felices para siempre" en las historias, pero no les gusta pensar en el hecho de que, en la realidad, algún día ese amor se acabara, tarde o temprano.

El amor tiene fecha de caducidad, la cual se va acercando a medida de las decepciones.

El futuro es una mierda y el único fin verdadero que conocemos los que no vivimos dentro de una burbuja, es la muerte.

Para Derek y para mi desde que nos conocimos ha sido una montaña rusa de altos y bajos. Hoy es un día de bajos. Lo evité todo el fin de semana por lo de Aidan, sabía que apenas me encontrara con él me armaría la bronca y los fines de semana son sagrados. No puedes meterte con cualquier persona a molestarlo en sábado o domingo a menos que desees la muerte.

Pero como todo lo bueno tiene un fin, me preparo un lunes a las 8:00 AM mental y físicamente para lo que me tirara Derek.

Le doy un trago largo a mi café cuando Derek entra a la cafetería, atrayendo la atención de las demás chicas del lugar y camina hacia mi robando suspiros.

Llega a mi mesa y se sienta frente a mí poniendo sus lentes oscuros sobre su cabeza. ¿Quién usa lentes oscuros a las ocho de la mañana?, ¡si ni siquiera hay sol capullo!

—Me hiciste una promesa — dice dolido, como si realmente lo hubiera traicionado de alguna manera

—No sé de qué mierda hablas, nunca prometí nada

Ambos nos miramos fijamente, esperando que alguno baje la mirada — y como siempre — él la baja. Según los hombres puedo tener una mirada demasiado intimidante si me lo propongo, lo que yo creo es que todos son unos gilipollas que no aguantan a una mujer sosteniéndoles la mirada sin que estas se sonrojen.

—¿Y el trato que hicimos? — se pone ambas manos en las sienes, sobándolas

—No hubo tal trato Derek. Estas exagerando, como siempre

—¡Si lo hubo! — golpea la mesa haciendo que se derrame un poco de mi café

"No lo mates, no lo mates".

—¡Pues métetelo por el culo! — golpeo más fuerte, haciendo que se derrame un poco más

—¿Que mierda estas tomando? — pregunta con enfado —Sabes que no puedes tomar cafeína

—¡Es chocolate! — miento y lo tomo todo de un solo trago

Una chica rubia nos interrumpe la trifulca y ambos volteamos a verla enojados, haciendo que se encoja en su lugar. Pone un chocolate con bombones frente a Derek.

—No pedí esto — se queja

Limpia nuestro desastre: — Es por parte de la casa — la chica parece un tomate con patas y está temblando, mas no se si es por el frío o por la forma que le hablo Derek. — Se que te gusta así

Lo admito, Derek es muy guapo, es lo que cualquier mujer pide desde niña, chico de ojos verdes y cabello rubio-castaño que parece se lo cuida más que una misma. ¡Pero no es para morirse chicas.!

—Gracias linda — le contesta, cambiando de actitud

La rubia se va, y escuchamos un suspiro bastante alto cuando cruza el mostrador.

Por otro lado, Derek se olvidó repentinamente del tema tomando su chocolate, y no puedo evitar que mi pecho se apriete un poco. Él es como un niño a veces y eso me encanta.

Nota mi mirada alejando el chocolate listo para volver a pelear, pero hablo primero:

—No me lo cogí, si es lo que te preocupa

—Ese es el problema Cassia— se pone serio. Si me llama por mi nombre de esa manera, de verdad quiere que me mantenga alejada de él — Puedes tirarte a media ciudad si quieres, e invitarme en alguna ocasión. Como espectador o participante, no importa — pongo una mueca de asco y el continúa hablando

—Incluso a Aidan, tal vez — ahora estoy confundida —Pero no lo ilusiones

He aprendido que las personas no son las causantes de tal hecho. Las personas continuamente se ilusionan solas, aun cuando la otra parte ha dejado claro las cosas en más de una ocasión. Pero a la gente le gusta pensar y jugar en cambiar el pensamiento de alguien.

Pero ya cumplí mi dosis de pelear por un día.

—Solo quiero un polvo, es todo —le digo, para calmarlo

—¿En serio? — ríe —¿Por qué no te lo cogiste esa noche?

Me quedo callada. Es cierto, en cuanto me subí a su moto esperé ir directamente a ello, pero él no. El parecía mas interesado en el golpe de mi mejilla.

—Él no quería —contesto incomoda después de unos minutos

Eso nunca me había pasado, así que se siente extraño decirlo en voz alta.

Vuelve a reír — ¿Y tú no intentaste nada? — suspira — El no será tu nuevo capricho

—No lo haré — decido

—Qué cosa exactamente. ¿Cogértelo o ilusionarlo?

—Ilusionarlo. Creo que tal vez renunciare al polvo, aun no lo decido del todo. Pero eso no quita que podamos ser amigos

—Olvídalo — niega al escuchar lo ultimo

—Para nada. El chico se ha ofrecido a ser mi chofer, y proveedor de guisantes — el fantasma de una sonrisa aparece en mi rostro —¿Quién sabe? tal vez el que sea mi amigo me quite las ganas que le tengo.

—No me hables de las ganas que le tienes a mi primo — se tapa los oídos con ambas manos y cierra los ojos sacándome una carcajada

—De acuerdo. No hablar de lo bueno que esta tu primo frente a ti. Anotado — dibujo una palomita en el aire

—¿Qué es eso de proveedor de guisantes?

Suspiro —Es algo entre nosotros

Niega con la cabeza —Él ha tenido una vida difícil. Y no creo que estés dispuesta a meterte en eso — calla, tomándose su chocolate.

Tiene razón, no me gusta lidiar con los problemas de las personas. Una relación conlleva eso y no lo quiero.

Pero Aidan no parece que sea alguien a quien haya que ayudar, no pierdo nada. Mucho menos alguien que quiera involucrar sentimientos.

Coge y huye. No involucres sentimientos. No involucres lo personal

Fácil

y

Sencillo. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


GIVE ME A CHANCE | #1 | Trilogía OportunidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora