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Les quería preguntar si les gusta la temática omegaverse (dónde hay alfas, omegas, betas, hombres embarazados) y si también la temática de vampiros. Agradecería mucho si me dijeran si les gusta (o alguna otra temática) 😳

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El pequeño niño no podía aguantar más sus lágrimas y comenzó a llorar, se había caído al tratar de alcanzar la pelota que había sido lanzada por Taeyong.

── ¡No sabes jugar!, que aburrido

El mayor de los dos se fue corriendo, sin antes patear la pelota que fue a parar al rostro de Yuta.

── ¡Papá!

Y ahí vamos, Taeyong corrió a esconderse antes de que su padre fuera al "rescate" de Yuta y lo regañara por ser tan brusco con su "hermano". Tae no lo consideraba su hermano, era sólo un niño que tenía el privilegio de vivir con ellos.

── ¿Qué sucede Yuta? ── el señor Nakamoto se acercó al pequeño en el suelo. Pudo ver su rodilla sangrando y uno de sus ojos hinchados.

── T-taey... ── fue interrumpido por su padre.

── ¡TAEYONG!

El nombrado sólo rió y se fue al parque que estaba cerca de casa. Su mamá no estaba y cuándo eso pasaba, no había quien lo pudiera defender. Básicamente ella lo defendía en cada una de sus travesuras y su padre defendía a Yuta.

Alcanzó a ver a lo lejos a su mejor amigo.

── ¡Hey! ── gritó un chico de hebras negras.

── Que tal ── chocó puños con los tres niños.

── Le robé una revista porno a mi papá ── dijo uno de los amigos de Taeyong. Los demás se acercaron a él para ver la revista.

── ¿Acaso esa es la mamá de Taeyong?

Taeyong miró rápidamente la página que estaban viendo sus amigos. Efectivamente, era su madre la que salía en aquella revista, poca ropa, mordiendose el labio. Tae estaba asqueado.

Trataba de cambiar el tema pero los otros niños seguían viendo la página.

── Tu mamá está bien b... ── Taeyong no lo dejó terminar y lo golpeó.

Los otros niños veían con miedo la situación, algunas otras personas de acercaban sólo por el chisme, porque no ayudaron al niño el cuál le sangraba la nariz.

── Oh Dios, Seongmin, ¿estás bien?

Una señora salió de la multitud, acercándose a ellos y tomando al pequeño entre sus brazos. Ella miró a los otros niños con el ceño fruncido y se fue, junto con el pequeño.

── No debiste hacer eso Tae ── dijo uno de los niños, con un poco de nerviosismo.

── Meh, no importa, ya saben que conmigo nadie se mete ── sonrió con triunfo, ganándose miradas tristes de sus amigos.

── Nosotros nos vamos ── Taeyong asintió y se despidió con la mano ── ¡Presentame a tu mamá!
── gritaron cuándo ya estaban lejos de Tae.

── ¡Tontos! ── infló las mejillas e hizo puños sus manitas.

Sus pies empezaron a moverse, no quería regresar a casa tan temprano, todavía faltaba mucho para que su madre llegara a casa, pero tomando en cuenta que la imagen de su madre posando sexy en una revista lo había traumado. Miró a ambos lados antes de cruzar la calle, un niño cómo dos o tres años mayor que él estaba sentado frente a una cafetería. Su lindo rostro demostraba tristeza, ojos hinchados, labios resecos apunto de escurrir sangre.

A pasos lentos se acercó a el pelinegro que lo ignoró, Taeyong tocó su hombro llamando la atención del contrario.

── ¿Puedo ayudarte en algo?

Preguntó seguro, se sintió raro de si mismo al tratar de ayudar a alguien que se encontraba en su camino, pero ese chico peli negro llamó su atención.

── N-no

Respondió, Taeyong tuvo suerte de haber escuchado ese susurro. Hizo una mueca mirando al mayor.

── ¿Qué te pasó? y no me digas que nada porque estás llorando y te ves muy mal ── se acomodó al lado del peli negro, posando su mirada en éste.

El chico había parado de llorar y miró a Taeyong con una expresión sería que el otro no sabía descifrar, tampoco sabía del porqué de su sonrojo junto con su nerviosismo repentino.

── No creo que alguien cuente sus asuntos personales a personas desconocidas que pasen por la calle
── sonaba irritado pero no logró que Tae se fuera.

── Lo sé, no soy un tonto, pero soy un desconocido que te puede dar consejos sin criticarte porque no te conozco y sería demasiada casualidad encontrarnos otra vez ── respondió con seguridad, sorprendiendo un poco al contrario que tardó unos segundos en contestar.

El peli negro estaba asombrado por las palabras de ese niño, ¿cuántos años tenía? Era muy maduro para su corta edad.

── ¿Cuántos años tienes?

Esa pregunta molestó a Taeyong, odiaba cuándo alguien se desviaba del tema principal.

── Agg, y yo aquí tratando de ayudar

Se levantó molesto en dirección a casa, dejando aún más triste al chico peli negro.


[....]


Taeyong corría desesperadamente por las escaleras de su casa, pensó que su padre no lo esperaría casi toda la tarde sentado en el sofá, con una taza de café y a un lado el pequeño Yuta dormido.

El hombre apresuró el paso y atrapó el brazo del niño levantandolo para llevarlo a la sala. Taeyong tendría el regaño de siempre.

Fue a parar al suave sofá color negro, se acomodó esperando a las aburridas palabras de su padre. Lo miró y pudo notar su semblante, serio y parecía que meditaba sus palabras antes de hablar.

── De ahora en adelante me acompañarás al trabajo

Aquellas palabras, aquellas que marcaron parte de su horrible vida, ¿acaso era el karma de sus travesuras? Y no, acompañar a su padre al trabajo no resultaba emocionante cómo lo encontraban otros niños, no era ir a una amplia oficina dónde todos eran amables y los pequeños se dedicaban a pintar con plumones o acuarelas.

No entendía muy bien el trabajo de su padre pero sabía que no era nada bueno, su brazo fue sujetado por el impotente hombre frente a él. Caminaron lento a su habitación a la cuál entró sin dudar.

Desde hace un tiempo, su padre les prohibió salir tanto cómo antes lo hacían, según su padre, un hombre muy malo quería hacernos daño.

Él siempre cargaba armas con él, mi madre siempre salía con guardias detrás de ella y eso asustaba a los pequeños.

Al menos a Yuta, él tenía nueve años y Taeyong tenía once.

Yuta quería ser tan valiente cómo lo era Taeyong.

☁︎|𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨﹆¸ ʸᵘʷⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora