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Pensó que moriría en mano a de su odioso hermano, pero afortunadamente su madre llegó en buen momento.

── ¿Todo bien?, no es necesario que estén peleando todo el tiempo. Quiero verlos juntos cómo cuando eran niños
──  aseguró ── Por sus caras no les parece buena idea, ok, los hijos cambian cuando crecen ── añadió

── Yo no podré llevarme bien con esta escoria ── afirmó  ── Me va a pegar lo rarito

── ¿A quién llamaste escoria?, maldito precoz

── Ja, a ti, hijo del amante ¿a quién más? ── rió.

La señora Nakamoto golpeó la mesa, sobresaltando a sus hijos.

── ¡Tu! ── señaló al peli rojo ── discúlpate con tu hermano ¡ahora!, y tu ── señaló a Yuta ── ¿Cómo está eso de precoz?

── La definición de Taeyong ── añadió Yuta aguantando la risa.

── No me vayas a matar de la risa
── bufó.

Los dos comenzaron una pelea de miradas. Taeyong no quería -ni lo diría- aceptar que en ocaciones se sentía intimidado por su hermano.

La cena transcurrió tranquila, su madre hablaba de lo bien que le había ido en su trabajo. Tomando en cuenta que se la había visto difícil, nadie quería contratar a una mujer que había estado en revistas para adultos.

Taeyong trabajaba pero Yuta no sabía en que, sólo le importaba que hubiera dinero en casa y no faltara nada.

Había olvidado dejar su móvil en la habitación y ahora había sonado, tenía nuevos mensajes.

── Y bien, ¿qué he dicho de los celulares en la mesa? ── preguntó el peli rojo con cara de querer ahorcar a su hermano

── Calmate un poco Tae, parece que no te dieron anoche. Disfruta de tu juventud o tendrás canas muy pronto
── musitó su madre

Las carcajadas por parte de Yuta hicieron molestar más a Taeyong. Miraba a su madre con recelo odiando ese favoritismo por su hermano.

── Pareces de esos señores amargados que te miran cómo si fueras un extraterrestre ── dijo, después de calmar su risa.

── Bueno ya, lárgate a tu habitación y sigue hablando con tu NOVIESITO 
── enfatizó la última palabra para poder llamar la atención de su madre pero fracasó.

── Me voy, al menos yo no estaré amargado porque no me den en la noche ── añadió corriendo a encerrarse.

Avanzaba de apoco. A este ritmo, dejaría intimidarse por su hermano.

[....]

Hendery acariciaba el suave y sedoso cabello del mayor. Sicheng había platicado con el peli rosa sobre lo que sucedió en su ausencia. Quería demostrar ser fuerte pero ni en sueños lo sería.

Sólo era Dong Sicheng.

Un chico débil, tonto e ingenuo.

¿Qué hizo en su vida pasada para tener desgracias en esta vida?

Deseaba una respuesta pero no la tendría.

── Checa antes de abrir, si es él, no habrás y nisiquiera contestes ── dijo el peli rosa, deslizando sus dedos por el lindo cabello de Sicheng

── Lo haré, ¿soy tan idiota? ── cuestionó, acomodando uno de sus mechones detrás de su oreja

── No lo eres, estaré aquí para protegerte de él y cualquiera que quiera hacete daño, ¿ok? ── acunó las calientes mejillas de Dong, quién afirmó desviando la mirada de la ajena.

── Pero no tienes que estar tan pegado a mi, debes de vivir tu vida, salir con personas a divertirte y no arruinar tu vida cuidando a un débil  inútil ── dijo sin mirar al contrario.

Hendery odiaba que Sicheng hablara así de si mismo. Dong era la persona más noble, linda, educada y demás que había conocido. ¿Hay alguien que no quiera a Sicheng cómo amigo?

Acarició las mejillas de Dong, dándole un pequeño beso en la nariz que rápidamente tomó un tono rojizo. Limpió los rastros de lágrimas y dio pequeños besos en sus ojos, la suave y delicada caricia hizo estremecer a Dong.

Sicheng se recostó entre las piernas del peli rosa, acomodando su cabeza en el estómago del contrario que tenía tomadas sus manos. Hendery puso su mentón en la cabeza de Dong y dejó un pequeño beso ahí.

Sicheng no se casaría de decirlo, estar en los brazos de Hendery era estar en el paraíso.

☁︎|𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨﹆¸ ʸᵘʷⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora