☁︎｜𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨﹆¸ ʸᵘʷⁱⁿ

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Perdón por no actualizar ayer, se me acabaron los datos):

Su descanso no terminó tan mal cómo lo pensó, la había pasado junto a Sicheng y así conocerse mutuamente.

Pero todo lo bueno tiene final.

── Tengo que irme, fue un placer pasar tiempo contigo espero volverlo a repetir ── extendió su mano y el chino la aceptó.

── Lo mismo digo, ¿te parecería bien intercambiar números?, para salir los tres algún día

Los tres.. Yuta asintió y le dictó su número, Sicheng lo agendo y se despidieron.

Hendery estaba casi llorando de la desesperación. Su madre había ido hasta Corea para hablar con él, no supo y su madre le negó decirle cómo dio con su lugar de trabajo.

Se sintió más jodido cuándo vio a Sicheng con intención de entrar pero afortunadamente se detuvo.

No pudo seguirlo con la mirada porque su enojada madre le empezó a gritar frente a los clientes.

── ¡¿Por qué ignoras a tu madre?!, ¿no me extrañaste?, tu amiguito homosexual te cambió mucho ── fue la gota que derramó el vaso.

── No metas a Sicheng en esto, tu eres la única que se quedó en el pasado y sigue sin respetar a la gente homosexual ── las personas que pasaban por ahí los miraban curiosos. Daba por hecho que por la culpa de su amada madre lo echarían de su empleo.

── ¿Lo defiendes?, al parecer te pegó lo rarito, mirate, te pintaste el cabello de color rosa ── dijo ella con una sonrisa burlona.

── ¿Ah?, es mi cabello y yo decido que hacer con él, aparte, los colores no tienen género, tampoco la ropa y otras cosas. La gente es la que designa cada cosa cómo "esta es para mujeres y esto es para hombres" ── sacudió su cabello en señal de desesperación. Miraba a su jefe el cuál tenía una mirada de "tranquilo".

La señora parecía que en cualquier momento saltaria el mostrador para poder ahorcarlo o para tomarlo a la fuerza y volver a China para alejarlo de Sicheng.

── Qué idioteces, sólo así me doy cuenta que por Dong Sicheng cambiaste, deberías regresar a casa para que tengamos una plática más a fondo ── dijo con asco el nombre de Winwin, eso hizo colmar la paciencia del peli rosa.

── Jamás volveré, te lo dije ¿no?, deja de ser tan necia y déjame en paz, déjame vivir tranquilo, vivir mi vida
── Hendery apretó sus manos ── Vete, por favor, o de lo contrario, ten por hecho que jamás volveré a llamarte madre ── la mujer abrió los ojos sorprendida.

── Me iré, si quieres volver a China tienes hasta pasado mañana en la noche para darme tu respuesta ── salió sin más.

Suspiró cansado, pero no de trabajar, si no, cansado del escándalo que había hecho con su madre.

Le pidió a Taehyun y a un reciente empleado llamado Yeonjun que lo cubrieran.

Caminó apresurado al baño de empleados y mojó su rostro con el agua fría que salía del grifo. Odiaba a su madre. La odiaba desde pequeño, cuándo el no quería practicar fútbol cómo los otros niños, cuándo el quería practicar ballet y no lo dejaron.

Nunca lo dijo, nadie sabe su mayor secreto el cuál prometió jamás salir a luz. Secreto cuyo, ocurrió cuándo tenía cuatro años, era un niño inocente, no sabía que estaba mal, él no lo sabía, su mente no procesaba cómo mal las acciones de la pareja de su madre.

El toque en un muslo, que después se convirtió en toques en sus partes. Besos en sus manos, que pasaron a ser en su boca. Cuándo creció tenía miedo, se sentía sucio y culpable.

Pero jamás le había dicho a su madre, ni a Sicheng que la pareja de su mamá había abusado de él desde que tenía cuatro años.

Acciones que no se detuvieron hasta que él murió.

Hubo lágrimas por parte de su madre, pero ese señor no era su papá y nunca lo sintió cómo uno.

Con la edad de diez años, no soltó ni una lágrima en su funeral.

[....]

Era tarde y Sicheng estaba esperando a su amigo, hasta que salió acompañado del japonés y los tres quedaron en ir a cenar.

── ¿Cómo te fue con tu mamá? ── cuestionó Dong.

── Lo que le sigue de mal, ya sabes cómo es y también cómo se pone ── respondió ── Me pidió regresar a China, pero sabes que no lo haré ── añadió.
Hendery tomó todas las fuerzas que tenía de no llorar y contestó a la pregunta de su amigo.

── Por cualquier cosa sabes que también puedes confiar en mi ── Yuta pasó un brazo sobre los hombros del peli rosa.

── Lo sé y gracias.

Caminaron hasta el restaurante favorito de Sicheng y Hendery pero estaba cerrado. Lo peor es que en el departamento del peli rosa no había las cosas necesarias para una cena.

── Los invito a cenar en mi casa, sería un placer que fueran ── anunció, sacando su celular para informarle a su madre de sus dos visitas.

── ¡Sería genial! ── respondió gustoso Sicheng seguido del peli rosa.

Tomaron un taxi y en sólo unos minutos se encontraban frente a la casa del japonés. Sacó sus llaves pero no le fueron necesarias, puesto que, su madre abrió la puerta y los miró con detenimiento para después dejarlos pasar.

── Me alegra que invites a más amigo, después de lo de Shotaro te veía muy solo ── La señora Nakamoto le sacudió el cabello a su hijo el cuál le respondió con una sonrisa.

── ¿Y Taeyong? ── cuestionó, dejando sus cosas en el sofá y diciéndole a sus visitas que tomaran asiento.

── Avisó que llegaría más tarde, tuvo que ayudar a Jeno en algo ── respondió.

Yuta prefirió terminar la conversación, se irritó al escuchar aquél nombre.

Jeno.

Era conocido por vender cualquier tipo de droga, lo que hacía que siempre cargara consigo un arma. Sin embargo, Taeyong les ha repetido que no está metido en cosas similares, lo empieza a dudar.

Jeno y Taeyong estudiaban en el mismo lugar, lo peor esque iban en el mismo salón.

── La cena estará lista en unos minutos, Nayu, lleva a tus amigos a tu habitación para que jueguen videojuegos o algo ── gritó su madre desde la cocina y el japonés asintió.

Sicheng y Hendery le dieron espacio a Yuta ya que estaba hablando con su madre. El japonés les invito a ir a su habitación y así poder distraerse jugando.

── Es lindo ── dijo el peli rosa al entrar al espaciosa y bien decorada habitación.

── Gracias ── respondió algo apenado.

Nadie más que Shotaro, su madre y Taeyong habían entrado a su "cueva".

── Elijan el que quieran ── anunció, señalando el gran estante lleno de diversos videojuegos.

Ésta si sería la mejor noche de su vida.