Avneet:
La situación con Derek cambiaba cada vez que nos veíamos, era más amable y traía un regalo consigo, eso sí, me lo entregaba después de decirme algo bonito o una oración bastante romántica. Debí de haberme sentido halagada por tanta atención de un hombre tan guapo como él y corresponder a sus sentimientos, pero no podía hacerlo por mucho que lo intentara.
Mis pensamientos siempre eran dirigidos a otra persona y lugar.
Cuando no podía dormir, me imaginaba en la biblioteca, él sentado frente a mí, hablando con mucha emoción sobre cosas que no entendía del todo, aunque toda mi atención estaría en sus palabras. Minutos después, sin tenerlo en cuenta, me quedaba dormida.
Descanse de ese drama por un par de días, ya que por trabajo tuvieron que viajar a otro estado, casi al otro extremo del país. Aproveche aquellos días para distraerme con otro libro que no era el que había acordado con Spencer. Era un libro con un trágico romance y cada frase que me gustaba la repasaba mil veces, a veces la ponía de estado en WhatsApp.
Cuando ellos regresaron de su viaje Derek fue el primero en ir a mi casa a visitarme. Traía en sus manos una caja de donas y bebidas. También llevaba chocolates para mí, los cuales venían en una caja en forma de corazón.
—No pude dejar de pensar en ti en todo el viaje —me contó—. Quise marcarte un par de veces, pero JJ dijo que era mejor si me esperaba a que nos viéramos. Y tenía razón.
En definitiva, la tenía, ahora me tocaba a mí dar el siguiente paso. Uno que jamás pensé dar en mi vida. Sin embargo, Derek no ayudaba mucho, era tan tierno que con solo pensar en lo que iba a decir me hacía sentir como una mala persona.
—Pienso lo mismo —dije—. ¿Y cómo te fue en el trabajo?
Se encogió de hombros.
—Hay días peores. Mejor, tú dime cómo fueron estos días que no nos vimos.
No me gustaba esa clase de preguntas, cada que respondía —aunque fuera por mensaje— pensaba que mis respuestas eran algo estúpido y aburrido.
—Fueron igual que siempre —le resté importancia.
—¿No pasó nada nuevo?
—No —mentí—. Nada.
Tal vez me creyó porque la conversación tomó otro camino, uno donde el nombre que no quería escuchar en ese momento salió a la luz. Por supuesto, no solo habló de Spencer, pero mi mente se quedó pensando en él y en lo mucho que ansiaba que pasaran rápido los días para volverlo a ver.
Y, después de esos pensamientos, la valentía de ser sincera se volvió a esfumar.
*
La canción que sonaba en mi celular tenía razón, muchas veces nos alejamos de las melodías tristes la mayoría de las veces, pero también era cierto que nos refugiamos en estas cuando nuestro ánimo no es el que los demás dicen que debemos tener.
En pocas palabras, quería escuchar música triste tanto como yo lo estaba. Había dejado mi libro a un lado y me dedique a cerrar los ojos y concentrarme en la letra de la canción. Al igual que a recordar uno de los momentos más tristes de mi adolescencia. ¿No es curiosa la manera en que a veces nos volvemos masoquistas? Deseaba tanto volver al pasado e impedir un par de cosas, pero ya era demasiado tarde para eso.
El sonido de la puerta me distrajo, mire la hora en mi celular y, algo confundida porque no tenía ningún compromiso para esa tarde, pause la música. Me levanté de la cama y caminé a la planta baja. Abrí la puerta deseando saber quién y porqué tenía tanta insistencia.
Derek se veía demasiado contento de verme de nuevo, y yo sonreí porque esa vez no traía un obsequio.
—Hola.
—Hola —dijo—. ¿Estás ocupada?
—No, ¿por qué?
—Penelope quiso que nos reuniéramos en un bar y quería saber si quieres ser mi acompañante.
Tal vez la gente piense que soy una amargada por querer pasar el tiempo en casa y salir lo menos posible... pero aquella noche, lo que no quería era estar a solas con mis pensamientos y recuerdos.
Así que acepté.
Aunque al llegar no supe porque había aceptado. No era la clase de lugar a los que estaba acostumbrada, de hecho a ningún lugar, y sabía que no iba a pedir algo en toda la noche porque tenía miedo a que los efectos del alcohol fueran contrarios a los que pensaba. Uno de ellos era hablar de más.
Tomé asiento entre Derek y Aaron. Los siguientes minutos me dedique a escuchar su conversación y después algunos se fueron a no sé qué. Por lo que de un momento para otro estuve a solas con Derek y Spencer, cosa que no duró mucho porque mi acompañante se disculpó para irse un par de minutos.
Fue media hora en la que platique con Spencer y, al igual que mis sueños o imaginaciones, terminó por contarme cosas que no entendía. Pero debía admitir que me hizo reír un par de veces.
Al regresar los demás no volví a hablar en el resto de la noche por pensar en mis sentimientos y en convencerme en tomar una decisión que cambiaría todo.
Tal vez debí pensarlo mejor y decirlo en un momento más privado, o al menos cuando nuestra cita terminara. Uno que jamás rechazó a una persona no sabe cuál es el momento, aunque tampoco es como si existiera uno.
Derek me invitó a alejarnos de nuestros amigos para poder decirme cosas cursis. Y yo pensé que era el momento.
—Derek, tengo que ser sincera contigo.
—Dime, Avneet.
Di un suspiro, ¿por qué en los libros y películas lo hacían ver tan fácil? Pero, ¿qué tonterías decía? Esto nunca es fácil.
—No creo poder corresponderte tus sentimientos.
—¿A qué te refieres?
—A que, por más que lo he intentado, no puedo corresponder tu amor.
Derek se quedó en silencio y poco a poco esa sonrisa se fue borrando. No le quería hacer eso, no quería lastimarlo.
—¿Quieres a alguien más?
A penas escuché su pregunta, la cual me dejó sin saber cómo responder. En su lugar, dije otra cosa, la cual tal vez confirmó sus sospechas.
—En serio lo siento, Derek.
—No te disculpes.
—Quiero hacerlo. Sé que te hice perder el tiempo y no te lo mereces. Deberías haber encontrado a alguien que te corresponda y dé lo mejor de sí para merecer tu cariño.
—Avneet, en serio, no es necesario que te disculpes.
No supe que más decirle, por lo que nos quedamos en silencio un largo rato.
—¿Podemos ser amigos? —me animé a preguntar.
Derek sonrió, aunque supe que no era una sonrisa de felicidad.
—Claro que sí, Avneet.
Regresamos con nuestros amigos en silencio y fingimos que nada había pasado. En el poco tiempo que nos quedamos en aquel bar pensé en lo siguiente que podía pasar con Spencer y yo, en lo mucho que me ilusionaba la idea de que él pudiera corresponder mis sentimientos.
Y, ¿de qué sirve tener pareja si todavía no te quieres a ti mismo? Pero eso yo aún no lo sabía.
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Al fin nuevo capítulo ❤ quise actualizar antes, pero la escuela y mis otros libros :l
Pero bueno... Muchas gracias a quienes siguen leyendo esto, me hacen muy feliz :')
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Playing God // Spencer Reid ✔
Fanfiction***Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles que pueden afectar al lector, como la ansiedad, depresión y abuso*** Avneet ha tomado la decisión de volver a su ciudad de origen por insistencia de Penelope, su mejor amiga de la infancia. Sus...