11: Daydreaming all the time

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Spencer:

Mi ánimo decayó un poco cuando Penelope me habló para avisar que teníamos un caso y debíamos viajar a otro estado. Se suponía que ese día vería a Avneet y tuve que mandarle un mensaje cancelando casi de última hora.

Antes de que llegara Hotch para explicarnos de que se traba el caso, escuche la voz de Penelope. Sonaba bastante sorprendida, era casi imposible no escuchar su voz, no cuando a ella se le olvidaba por completo del significado de susurrar.

—¡¿Qué Avneet te dijo qué?!

No pude escuchar más porque no era de mi incumbencia, él y Avneet eran tema aparte que no tenía por qué importarme demasiado. Tal vez Penelope estaba feliz ya que por fin su amiga había aceptado salir con Derek.

No sabía.

Y de igual manera, las ilusiones entre nosotros no debían existir. Por más enamorado que me encontrara de ella la realidad cada vez me decía que ella no correspondía mis sentimientos, eso tuve que saberlo desde que ambos comenzaron a salir.

Quizás era lo mejor, después de todo había algo en mi pasado que no me permitía avanzar.

Hotch llegó apurado y comenzó a contarnos sobre el siguiente caso, puse atención a lo que decía, pero mis pensamientos siempre regresaban a ella. A Avneet.

. . .

Avneet:

Fue triste cuando leí el mensaje de Spencer diciendo que ese día no nos veríamos porque tenía trabajo. Aquello cambió mis planes, había estado esperando verlo desde la última vez que estuvimos con nuestros amigos y no sabía qué hacer en cuanto descubrí que tenía el resto de la tarde libre.

Encendí la televisión y pasé varios canales hasta que encontré una película que me pareció entretenida. Esta hablaba de un amor imposible, y cada que él le decía cosas románticas a la protagonista, me imaginaba un escenario totalmente diferente con Spencer. Él me decía cosas igual de bonitas y yo trataba de no sonrojarme.

En cuanto la película terminó, me dirigí a mi recamara para prepararme a dormir. Mis planes no salieron como esperaba y terminé por imaginarme, de nuevo, escenarios que jamás sucederían. Hasta me atreví a imaginarme mi pasado diferente. Pasaron más de cuarenta minutos cuando se me ocurrió escribir esa nueva vida, tomé mi celular y escribí sin parar hasta terminar el primer capítulo o parte. Luego, escribí intentos de poemas para Spencer.

*

No recibí una llamada llena de alegría como esperaba en cuanto leí el nombre de mi amiga en la pantalla del celular. Casi pude verla resoplando y frunciendo el ceño cuando terminó de saludarme.

—¿Qué pasa? —me animé a preguntar.

—No lo sé, espero que tú me lo digas.

No sabía a qué se refería, hice un poco de memoria, pero mi conciencia estaba tranquila en ese sentido.

—No he olvidado tu cumpleaños —aseguré.

—Eso ya lo sé.

—Entonces no sé de qué hablas.

Escuché un ruido y como exclamaba una pequeña maldición. Espere con paciencia a que me respondiera.

—A que no me dijiste que Derek y tú ya no...

—Ah, era eso.

Cerré los ojos y pasé mis manos por mi rostro. ¿Cómo pude olvidarme de contarle lo sucedido?

—No puedo creer que no me contaras.

—Lo iba a hacer.

—Derek tuvo que decirme.

—Lo sé, pero en serio, te lo iba a contar en cuanto nos viéramos.

—Bueno, no hay que pelearnos por eso. Es parte del pasado. Pero, cuéntame, ¿fue por alguien más?

—Penelope...

—No le contaré a nadie más, te lo prometo.

Di un suspiro, si se lo negaba, con el tiempo ella se daría cuenta de que estaba enamorada de Spencer y estaba un cien por ciento segura que esa vez si se molestaría por no haberle contado.

—Sí, fue por alguien más.

Hubo un pequeño silencio y no supe cómo reaccionar ante ello.

—¿Y cuándo te diste cuenta de eso?

—En cuanto lo supe se lo dije a Derek. Pensé que podía corresponderle sus sentimientos, pero no pude y no pretendía que siguiera perdiendo el tiempo conmigo.

—¿Y quién es esa persona de la que estás enamorada? ¿La conozco?

—Sí, Penelope, la conoces.

—¡Ya dime su nombre! —mencionó emocionada.

—Spencer —Tuve que alejar el oído del artefacto.

—¡Ah! ¡Lo sabía! ¡Ustedes terminarían enamorándose!

Los siguientes minutos que duró la llamada fue escuchando a mi amiga repitiendo que tenía el presentimiento de que eso sucedería tarde o temprano, también sus grandes planes sobre juntarnos y otras cosas que me pareció que exageraba. Reí y, como me dijo que debía trabajar, di por finalizada la llamada.

Me quedé pensando en nuestra conversación. Ahora solo quedaba un secreto entre nosotras.

Playing God // Spencer Reid ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora