Años después:
Los meses sin él fueron los más complicados de ese año.
Avneet se había acostumbrado tanto a sus ausencias de vez en cuando por asuntos de trabajo, pero cuando Spencer estaba en casa se despertaba antes que él para disfrutar de la hermosa imagen de tenerlo a su lado durmiendo profundamente. Los días libres ambos se pasaban horas leyendo diferentes libros y luego compartían sus opiniones para convencer al otro de leerlo, lo cual casi siempre sucedía. También limpiaban juntos su hogar o intentaban cocinar recetas que antes les parecían imposibles.
En resumen, Avneet y Spencer vivían con tranquilidad; la vida que siempre soñaron.
Sin embargo, un día su preciosa historia se vio interrumpida cuando Spencer estuvo en prisión. Lo que podía ir de visita, para Avneet era muy poco tiempo. Al dejarlo en ese lugar, pensaba mucho en su padre y por las noches tenía pesadillas con él o el señor Lanzanberg donde ambos le hacían algo malo a su pareja, aunque también regresaba a esas noches interminables cuando era una adolescente.
En las primeras semanas, Avneet tomó la decisión de vivir en casa de Penelope en lo que el caso de Spencer se solucionaba, pero sus pesadillas se volvieron más frecuentes y, para no preocupar a su mejor amiga, decidió pasar las noches con su mamá.
Cuando Spencer por fin salió de prisión, Avneet creyó que al pasar las semanas volverían a la normalidad y eso quedaría como un mal sueño...
Pero eso no sucedió.
Para su sorpresa, Spencer dormía en el sofá y se levantaba más temprano para no encontrarse con ella. Además, en los días de descanso prefería pasar tiempo en la oficina o en cualquier otro lugar que estar en su casa.
Los meses transcurrieron y nada cambió. Avneet se cansó de esa rutina, pensaba que Spencer necesitaba tiempo a solas o que ya no quería estar con ella. Entonces, una noche lo esperó con paciencia en la cocina del que antes consideraba su hogar. Estuvo a punto de quedarse dormida cuando él abrió la puerta principal y caminó en silencio hacia el sofá. Spencer alzó la vista al ver la luz de la cocina encendida y se encontró con Avneet.
—Buenas noches —dijo, agachando la cabeza.
—Spencer, tenemos que hablar —respondió ella en lugar de corresponder a su saludo.
Jamás pensó que su amada diría esa oración. De hecho, su realidad era un sinfín de acontecimientos que creyó imposibles de suceder.
Spencer tomó asiento a un lado de ella.
—Entiendo que necesitas tiempo y espacio por lo que pasó este año —comenzó Avneet en voz baja—, pero no me parece justo que me trates como una piedra en tu zapato. Spencer, quiero que seas honesto conmigo y me digas si necesitas romper nuestra relación o si te sentirías más cómodo si viviéramos separados. Estaré bien con cualquier decisión que tomes. —Sus ojos se llenaron de lágrimas, lo que rompió el corazón de Reid—. Pero, por favor, no me evites... no me dejes en este silencio tan asfixiante.
—¿Crees que ya no te amo? —preguntó él en susurros.
Avneet, sin poder responder por el gran nudo que empezaba a formarse en su garganta, solo fue capaz de asentir y soltó un sollozo. Spencer no supo qué responder, quería decirle cuánto la amaba y que se alejó de ella para no lastimarla, sin embargo, entendió que su actitud lo único que hizo fue hacerle daño a su relación.
—Por favor, Spencer —imploró—. Responde.
—Avneet. —Tomó las manos de su amada. Notó que las suyas temblaban demasiado y trató de controlarse—. En estos meses lo único que he querido es estar a tu lado. Te amo como jamás pensé querer a alguien y es por esa razón que pensé que lo mejor para ti era mantener distancia, pero veo que no fue lo mejor y me disculpo por eso. —La abrazó, con fuerza, y no comenzó a llorar—. Perdón, Avneet... Por favor, perdóname.
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Playing God // Spencer Reid ✔
Fanfiction***Advertencia: Esta historia contiene temas sensibles que pueden afectar al lector, como la ansiedad, depresión y abuso*** Avneet ha tomado la decisión de volver a su ciudad de origen por insistencia de Penelope, su mejor amiga de la infancia. Sus...