diecinueve

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Nícolas ya había sido enterrado pero ellos permanecían ahí, como la mayoria de la gente. Nick la abrazaba con fuerza y Cody y Luke sujetaban a Patt.

-Lo siento mucho.- dijo Edward frente a ellos.- Sé que ustedes eran sus amigos.

Cory cerró los ojos con fuerza y Nick la abrazó con mas fuerza. Quería gritarle tantas cosas, quería golpearlo, quería que se arrepintiera de lo que había hecho.

-Patt.- dijo Cody.- Patt, vámonos.

Se lo llevaron de ahí y Nick se llevó a Cory dejando a Edward solo.

-Lo odio.- sollozó ella.

Nick la miró fijamente y la besó.

-Por favor, mi amor, no puedo verte así. Tranquilizate.

...

Subió al pequeño escenario y tomó el micrófono.

-¿Cuál es tu nombre?- preguntó una mujer.

-Cory Payne.

-Bueno Cory, empezá.

Cory cantó Echo de Jason Walker. Las lágrimas caían por su rostro pero ya no intentaba limpiarlas. Aún llevaba el vestido negro. Cuando el grupo de cien chicos acabó de pasar los reunieron y dijeron quiénes habían sido los elegidos para aparecer en vivo al día siguiente. Cory quedó, Liam estaba muy orgulloso de ella pero Cory no podía sentirse feliz, no en ese momento. Una camara se le acercó a la vez que una de las mujeres que la había juzgado.

-No te ves feliz.- le dijo.

-Lo estaría si no acabaran de enterrar a uno de mis mejores amigos.- dijo ella bajando la vista.- Agradezco que me hayan aceptado, es solo que es muy duro perder un amigo, y mas a uno como él.

...

Cory se dejó caer en su cama con los ojos cerrados.

-Toc toc.- dijo Louis.

-Pase.- dijo ella.

-Quedaste.- sonrió él.

-Lo sé.- dijo ella mirándolo.

-¿Qué canción cantaste?

-Echo de Jason Walker.- se limitó a decir ella.

-Sé que no sirve de nada decirte que lo siento pero realmente lo hago.

Ella le hizo lugar en la cama y él se recostó mirando el techo.

-Nadie lo aceptaba.- dijo ella.- Nícolas no se sentía mal por estar así. Al principio no se sentía mal. Hace unos días me conto que su familia casi no le hablaba por el simple hecho de estar paralítico y él me preguntó. ¿Por qué ellos no pueden aceptarlo? No son quienes estan el día entero en una silla de ruedas. Después vos escuchaste lo que dijo Edward en la feria. El ídolo de Nícolas estuvo su vida entera en una silla de ruedas y era muy feliz. Le había enseñado todo lo que él sabía. Él lo aceptaba porque su abuelo lo había aceptado y le había enseñado que uno no necesita poder caminar para poder vivir y ser feliz.

-Ahora está con su abuelo.- dijo Louis.- Él era un chico feliz y eso era gracias a ustedes, no tenes porque pensar que él estaba mal. Él tomo su decisión, eso es parte de su derecho.

-No lo cuestiono, solo me cuesta aceptarlo, asimilarlo.- dijo ella dejando el techo de lado para mirarlo a él.

Louis le acarició la mejilla.

-Yo voy a ayudarte. Todos vamos a ayudarte.

-Louis,- dijo ella.- voy a tratar de ganar la competencia, Nícolas confiaba en mi, no voy a decepcionarlo.

-Él querría que lo intentaras.- dijo él y le besó la frente.

Esa noche Cory durmió dentro del armario, Liam la encontró por la mañana y la sacó de ahí rápidamente. La recostó en su cama pero ella despertó.

-Voy a cambiarme.- dijo poniéndose una mano en la frente.

-No vuelvas a meterte en ese armario.- dijo él serio.- No quiero que vuelvas a hacerlo.

-Está bien.- murmuró ella caminando hacia el baño con su uniforme en la mano. Al bajar iba peinada con media colita, llevaba su mochila y su uniforme prolijo. Salió de la casa seguida por Liam y subió al auto.

-Ya, no voy a permitir que te revuelques en tu miseria.- dijo Liam.

-No puedo evitarlo.- dijo ella abriendo la puerta.- Al llegar a casa vi mi teléfono, lo había olvidado. Tenía ocho llamadas perdidas de él. Ocho mensajes de voz. Él me pidió ayuda pero yo olvidé mi teléfono.

Cerró la puerta y entró en el colegio. Nick la esperaba en la puerta del salón. Entraron y tomaron lugar.

-Cory.- dijo Edward.-¿Queres ir al cine mañana?

-No me hables nunca mas en tu vida, Edward.- dijo ella con odio.- No voy a ir con vos a ningún lado. Te odio, imbécil.

Se paró y salió del salón recostándose en una de las paredes del pasillo. Nick se paró frente a ella y le acarició ambos brazos delicadamente.

-¿Ya? ¿Te sentís mejor?- ella negó -Está bien, vení acá, está bien.- ella soltó un sollozo y hundió su rostro en el pecho de él.- Todo está bien, mi amor, estás conmigo.

-Nick.- susurró ella tratando de pensar en otra cosa.- Quedé para el programa en vivo de esta noche.

-Sabía que ibas a quedar.- dijo él sonriéndole.- Te felicito, mi amor.

La besó dulcemente y ella le rodeó el cuello con los brazos.

Volviero a entrar a la clase y se sentaron en el último banco. Ella se recostó en el pecho de él durante toda la hora. Edward no dejaba de verlos. Nick la rodeaba con sus brazos mientras escuchaba a la profesora.

En la hora del almuerzo se sentaron en su mesa usual. Mientras los demás buscaban su comida ella estaba ahí, sola.

-¿Qué pasó? ¿Ya no está Nícolas para hacerte compañía?- preguntó Edward a su espalda.- Aceptá que él no está, se fue y no vas a volver a verlo.

-Imbécil.- masculló Patt dejando caer su comida y dándole un puñetazo en la cara.

Los chicos, que lo habían escuchado todo, no hicieron nada por detenerlo. Cody se acercó a ella y la rodeó con sus brazos.

-Patt, por favor.- pidió ella.- Patt, dejalo.

El colorado se apartó de Edward y se puso de pie dirigiéndose a la salida seguido de ella y sus amigos.

-Podes evitar todas las peleas que quieras, Payne, pero nada a a devolverte a Nícolas.

Liam se acercó por el pasillo y la vio sentada fuera del salón junto a Luke. Ella tenía su inalador en la mano y sus ojos estaban cerrados.

-Hola, mi amor.- dijo arrodillándose frente a ella.

-Papi, llevame a casa por favor.- pidió ella sin abrir sus ojos.

Luke lo miró y Liam vio que había dolor y furia en sus ojos. Cody lo había llamado, le había contado todo lo sucedido.

-Está bien, vamos a casa, hija. Vamos a casa.- dijo él tomándola de la mano. Quería entrar y matar al idiota que había hecho que su princesita se sintiera así. Quería alejarla de todo aquello que pudiera hacerle daño pero no podía encerrarla en la casa por siempre.

Yo no tengo padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora