cuarenta y cuatro

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Cuando salieron del hospital, ella guardaba silencio. Sabía que Liam y Harry la miraban pero ella no iba a decir nada. Sus ojos apuntaban al suelo del coche que se movía lentamente por las calles de Londres. No dijo nada al entrar en la casa, solo subió las escaleras en silencio y se metió en su habitación cerrando la puerta, acto seguido se metió en el armario dejando a las lágrimas caer mientras se cubría la boca para evitar que los sollozos salieran. Liam entró en la habitación luego de un rato y la sacó del armario, dormida.

-¿Para qué le dijeron que podía ser posible si no era asi?- preguntó Zayn furioso.

-Es que si es posible,- dijo Harry.- pero es demasiado riesgoso.

-No es justo.- dijo Louis pateando la pared.- Es que no lo entiendo. ¿Qué hizo ella?

-Nada,- murmuró Harry.- simplemente, nada. Solo se puso de pie y salió de ahí.

Liam cerró la puerta de la habitación con lágrimas en los ojos, se acostó junto a su hija y la abrazó con fuerza.

-Perdoname mi amor, te juro que estoy buscando la forma de que todo salga bien pero... no sé qué hacer.- varios sollozos escaparon de sus labios junto con las lágrimas.- Perdón.

...

-Si, amor.-susurró ella.- Está bien.- Liam dormía a su lado mientras ella hablaba con Nick por teléfono.- Si, segura que estoy bien. No, amor, no creo que sea el mejor momento. Está bien, nos vemos mañana. Te amo.

Volvió a acostarse en su cama y recorrió el rostro de su padre con sus dedos.

-A veces- susurró él.- siento que podes verme.

-Puedo verte- susurró ella.- aún puedo hacerlo.

-Me refiero a... no importa.- dijo él y le besó la frente.

-Papá.- dijo entonces ella casi en un grito y dio un pequeño salto que hizo que Liam se sobresaltara.- Papá, estoy viéndote.

-¿Qué?- casi gritó él.- Cory, si esto es..

-No, no. Puedo ver, casi nada. Osea no distingo las cosas, pero sé que estás usando una remera gris, se que afuera esta nublado... no puedo distinguir casi nada pero puedo jurar que tu remera es gris.

Liam enmudeció, ella había acertado, pero era imposible, el doctor había dicho que... al diablo con lo que había dicho el doctor, ella estaba viendo. Él se acerco, preso de la emoción, y la alzó en el aire haciéndola dar vueltas mientras reía.

-Te amo,- gritó él.- te amo con todo mi ser.- la abrazo con fuerza y rió.- No puedo creer que esto este pasando.
Los demás subieron al escuchar los gritos y se extrañaron al verlos, no se esperaban encontrarlos riendo, no después de lo que había ocurrido.
-Zayn. ¿Podrías sentarte sobre las colchas azules?- preguntó ella riendo. Él frunció el ceño.
-¿Cómo sabes que...?
-Puede ver.- dijo Liam feliz.
-Casi nada,- aclaró ella.- apenas distingo contornos pero... es mejor que la oscuridad.
Se quedaron en silencio.
-Cory.- susurró Harry.- ¿Segura que no es tu imaginación?
Ella cerró sus ojos con fuerza y volvió a abrirlos, entonces asintió y un par de brazos la rodeó mientras pequeñas lágrimas caían sobre su hombro.
-No puedo creerlo.- susurró Zayn.- Es algo increíble...
-Pero los riesgos de la operación siguen siendo los mismos,- dijo Harry serio. -no podemos arriesgarnos a que deje de ver lo poco que ve.
Y las pocas ilusiones que se habían hecho presentes en la mente de ella, se desvanecieron ante esas palabras crueles pero ciertas. Quizás ella jamás volviera a ver con claridad, y la operación, al parecer, era algo que no estaba en discusión, ya había sido descartada por Harry.

Yo no tengo padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora