Era el día de la fiesta de graduación, muchos chicos y chicas en el pueblo se veían emocionados y felices. Son Chaeyoung comprueba que su rostro, a pesar de tener leves marcas, vuelve a tener su apariencia casi perfectamente normal, por lo que llega a la casa de su cita en espera de ir juntas hasta el recinto donde el baile se llevará a cabo.
Dahyun se veía al espejo, hematomas bien maquillados y nadie sospecharía lo que oculta su rostro, usando ese vestido que en sus planes no estaba usar. Su hermana, con rostro apagado, intenta ayudarla con el peinado y elige las joyas que mejor irían con el traje, Minju comprendió la modalidad de su familia: Aparentar.
Su padre volvió esa mañana sobrio y pretendiendo que nada pasó, Dahyun sirvió el desayuno para todos como si su rostro estuviera perfecto, y Minju, horririzada, se vio a sí misma continuando las breves conversaciones de su padre, como si en su interior no estuviera temblando luego de ver su agresiva faceta.
Simplemente, no se hablaría del tema.
Chaeyoung y Dahyun se fueron de la mano al baile, caminando a un lento ritmo, tratando se evitar hablar sobre lo que pasó, ambas quieren sólo dejarlo en el pasado. En especial la más baja, quien ahora con libertad deja besos en la mejilla ajena, tratando de demostrar protección, amor... y orgullo.
Orgullo porque ella ganó, porque Dahyun está con ella, porque Sana quedó en las sombras y ahora finalmente puede pasearse con la chica en libertad.
Y eso Sana lo vio.
— Vamos, entra a casa — Llamó Nayeon.
Están en el sótano junto a Jeongyeon, la menor ya no podía sola, necesitaba algo de contención aún sabiendo que, muy probablemente, las palabras de Nayeon podrían no ser acertadas. La mesa está llena de cervezas y otras bebidas alcoholicas, a la jefa le parte el alma ver a su pequeña así, dejando de lado toda si propia felicidad de que haya terminado la relación y todo el provecho que puede sacar de aquello, no tiene caso si Sana está triste. Ve con rabia las ojeras, los ojos rojos, sabe que ha llorado.
No quiere hacerla caer en el mismo vicio en el que ella está, se supone que Sana sea mejor, pero su cerebro inexperto en estos temas se queda sin ideas.
— Bebe conmigo, anda — Le ofreció una cerveza — Toma todo lo que quieras, aquí te cuidaremos
Jeongyeon asintió para darle seguridad a Sana, pues la menor sabe que ese "cuidaremos" sólo se refiere a Jeongyeon, pues la jefa acaba de terminar su primera cerveza y sin titubiar va a la siguiente.
La hora avanza y las latas se acomulan, a decir verdad, la mayoría son restos de Nayeon, Sana no tiene ánimo de realmente beber, aunque sí se siente más relajada que antes. La jefa está hablando cosas sin sentido y la escuchan, cosas como lo adorable que era Sana cuando pequeña, lo fuerte y atemorizante que era peleando en la clandestinidad, y sin saberlo, la chica se estaba molestando nuevamente.
— ¿Recuerdas la vez que me noquearon? — Sacó valor para hablar — Desperté y me recriminaste perder dinero por mi culpa
— Debías entrenar más... y no me digas que no te sirvió — Dijo en una risa, recordando el rostro golpeado de Chaeyoung.
— Siempre soy sólo eso para ti — Se quejó, terminando su cerveza — Entrena, se fuerte, estudia esto y no lo otro, golpealos a ellos...
— Sana... cálmate — Llamó Jeongyeon.
— ¿Y de qué te iba servir estudiar literatura, Sana? ¡Con suerte aprendiste a leer! Lo hice por tu bien...
— ¿Por mi bien? Todo lo que supuestamente haces por mí, en realidad es por ti y el clan
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Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/Dubchaeng
FanficSegunda temporada de mi saga "Hurts". Sana tiene un pasado que la hace ser como es, al igual que Dahyun. Al final, la práctica forma nuestro ser. Su amor no siempre fue doloroso, hubo una buena época, una que Sana extraña pero a la vez no. Lleno de...