Sana estaba frente a su computadora, dos cuadernos abiertos a su costado, uno con algunos apuntes y el otro con dos planas de recomendaciones de sus profesores, pero ella haría esa tesis sola, no en grupo. Se supone que uno o dos profesores estuvieran a cargo de asesorar los grupos de trabajo, pero al Sana hacerlo de forma individual, acordaron que un grupo algo más amplio de profesores ayudara. De aquellos cinco, dos de ellos querían de alguna forma castigar a Sana por su testarudo comportamiento, otros dos querían darle una mano algo más dócil adecuandose a su situación, y la última, además de ser jefa de aquella carrera, tenía la mirada más objetiva y mediaba entre sus colegas, culminando todo en una estricta lista de cosas por mejorar acompañado de muy buenos consejos que Sana tomaría en cuenta.
Pero aún así parecía demasiado, escribía y escribía, buscaba y buscaba, leía y leía, pero las horas lograban ser eternas y Sana en el momento pensaba que ni siquiera la eternidad le daría el tiempo suficiente. Aquel proyecto debía estar listo a finales de ese semestre, ya que el siguiente sería exclusivo para sus prácticas trabajando en una empresa que la universidad le designe, pero era necesario aprobar su tesis para ese último paso.
Bambam amablemente le dejó un café en el escritorio, le agradeció con una breve mirada que el chico comprendió.
- ¿Cómo le dices a alguien que te gusta?
- Con la boca
- Eres un verdadero imbécil
Sana con molestia volteó la vista a su computador, repitiendose mentalmente una y otra vez que no debe hablar ese tipo de cosas con Bambam, pero el chico le daba una sensación parecida a la de SinB, por lo que solía olvidarlo. La irritaba aún más escuchar la leve risa del chico, le dio un sorvo a su café y trató de concentrarse otra vez en su proyecto antes de que fuera hora de irse.
- Vamos, no te amargues - Sana bufó en respuesta - Hey, tú ya lo tienes todo hecho - La chica volteó - Y aunque te declares de la peor forma, si le gustas de vuelta, la respuesta siempre será sí
La joven quedó viendo algún punto en su cuaderno, reflexionando la frase que Bambam había dicho, nunca se lo había planteado, pero ¿Ella gustaba a Dahyun? ¿Cómo obtiene indicios de que le gusta de vuelta? Quería ser correspondida, le gusta como es Dahyun con ella y quiere decírselo, pero también le agradaría escuchar que es correspondida, sentir que alguien la acepta tal y como es y que no intente corregirla cada dos segundos, que alguien la aprecie y con quien no sienta miedo a fallar en cosas como su manera de hablar, de expresarse, de ser. Viendolo de ese modo, Sana en serio quería gustarle, quiere replicar o devolver aunque sea un poco de todo lo que Dahyun estaba causando en ella, ¿Eso acaso podría ser posible?
La notificación de un mensaje sonó, Sana miró su teléfono de inmediato y con un leve puchero notó que no fue para ella, Bambam se puso en pie.
- Bien, creo que hay trabajo - El chico con confianza sacó la caja ubicada bajo la cama de Sana - Adiós, suerte, trata de no volver tarde que me preocupo
- Adiós - Murmuró Sana al verlo salir.
Bambam siempre solía irse a la misma hora, por lo que Sana revisó el reloj y también tomó su chaqueta, recién preguntándose cómo Bambam sabría que se iría en ese momento, ¿Estaba siendo muy obvia? Sana últimamente se preguntaba muchas cosas.
Mientras tanto, Dahyun estaba recostada en su cama después de terminar sus deberes, ya habían cenado y estaba todo limpio, por lo que al fin tomaba un respiro, hasta que su teléfono vibró.
[De: Sana]
estoy en la parada de autobús, sale en cinco minutos
[20:05][Para: Sana]
sana, insisto en que no es necesario
[20:06]
ESTÁS LEYENDO
Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/Dubchaeng
FanficSegunda temporada de mi saga "Hurts". Sana tiene un pasado que la hace ser como es, al igual que Dahyun. Al final, la práctica forma nuestro ser. Su amor no siempre fue doloroso, hubo una buena época, una que Sana extraña pero a la vez no. Lleno de...