La vida de Jeongyeon parece sencilla, una chica de destacado rendimiento una vez acabó la universidad, encabezó investigaciones y mucha gente esperaba que se quedara en el recinto académico más importante de la nación, pero no. Ella llegó al pueblo del que tanto le habló su íntima amiga, esa que en sus momentos más difíciles se rehusó a venderle lo que necesitaba, o lo que creía necesitaba, Nayeon le dijo que ellas estaban para algo grande. Nunca entenderá a cabalidad qué es lo que vio Nayeon en ella, quizás porque la mayor veía reflejado en Jeongyeon lo que nunca pudo, pero eso sería algo que jamás admitirían.
El clan es más grande de lo que parece a simple vista, muchos especulan solo un pueblo e intentos por tomar territorio en la ciudad, pero no. Jeongyeon es la cara visible, Nayeon está bien en el anonimato, aunque instruye bastante bien a la menor, la cual nunca ha quitado de su mente la suma realidad, aunque sean amigas, es su jefa.
Es peligroso si lo hace Nayeon, pone en riesgo todo, por lo que Jeongyeon y los padres de Kim Yerim manejan bastante bien al "ojo público", pero todos en el pueblo conocen bien el nombre de Nayeon y en el exterior el seudónimo de "La jefa" causa en todos una mueca, nunca será de felicidad.
La vida de Jeongyeon es sencilla, la mayoría del tiempo, goza del privilegio especial de ser de las pocas reales cercanas a la jefa, un empleo estable que le da prestigio, la confianza de sus colegas que no saben del verdadero lobo vestido de oveja que tienen como compañera de trabajo. La filosofía de la escuela es proteger, ayudar e impulsar a sus alumnos a un futuro brillante y próspero, o al menos algo mejor que lo que traen de base. Kang Seungyoon depositó la confianza en ella y con eso Jeongyeon actua con libertad, porque es demasiado sencillo para ella manipular jovenes bajo la excusa de querer protegerlos. Su agudo ojo la hace identificarlos bastante bien, entonces en poco tiempo los trabajos se hacían de a más gente y todo era más rápido.
Pero... la vida de Jeonyeon a veces no es tan sencilla.
— Me van a matar a penas ponga un pie ahí
— Jeongyeonie, estás siendo exagerada
— Manda una escolta conmigo
— Se supone que es una junta pacífica
— Im Nayeon, si alguien me ma-
— Si alguien qué — La jefa se puso en pie y caminó hasta tenerla de frente — Si te matan qué — Soltó una risa — ¿Acaso podrás hacer algo? — Seguía riendo — Oh, por favor, Jeongyeon — Volvió a su sillón calmando su risa — Me ofende que pase por tu mente la idea de que yo, ¡Yo!, te vaya a poner en peligro
— No me parece una idea descabellada
— Sana lo está haciendo bien — Nayeon la ignoró — Ya notaron que hay alguien más, están asustados — Caminó hasta su teléfono — Llamaré ahora mismo, y tú dirás que aceptas gustosa la visita, irás, ofrecerás tus sinceras disculpas por el inconveniente y te irás
— ¡¿Le estás declarando la guerra?!
— Vamos, somos civilizados, esto no es una guerra... es sólo... libre comercio
Jeongyeon caminaba por la habitación en círculos, sintiendo el sudor recorrer su cuello, la angustia creciendo en su interior.
— ¿No puedo sólo decirles por teléfono que comenzamos a vender en la ciudad?
— Pondrías en peligro a Sana, la buscarán a ella, saben que hay alguien en la ciudad
— ¡¿Y prefieres enviarme a mí?! — Exclamó Jeongyeon — ¡¿Y los padres de Yeri?! ¡Ellos también se pueden hacer cargo!
— Aish, Jeongyeon... deja de quejarte, no te harán nada, no les servirá mucho matarte, como mucho... ¿Un pequeño golpe? Yo qué sé, tendrás unos días libres de la escuela
— No te entiendo — Negaba Jeongyeon.
— Nunca lo entiendes, pero siempre tengo razón, ¿Lo olvidas? — La menor bajó su mirada — Bien, prosigamos
Jeongyeon suele tener una cantidad buena de argumentos e ideas bajo la manga, pero al parecer se quedaba en blanco una vez estaba frente a Nayeon. La mayor siempre acierta cuando se trata del clan, aún cuando parece que lo que planea es demasiado arriesgado, la jefa siempre termina teniendo razón. La verdad es que Jeongyeon quiere confiar nuevamente en el instinto de su amiga y pensar que estará todo bien, pero por dentro está temblando como un pequeño cachorro. Sabe que no puede calmarse a sí misma, quizás es su karma por enviar a situaciones peligrosas a chicos indefensos que confían en ella, así se sentía en ese momento, como esos chicos, por eso se le está haciendo tan difícil confiar en Nayeon.
Sabe que no puede llevar una escolta, aunque lo planeara a espaldas de Nayeon, ella siempre se entera de todo y no necesita a cualquier chico que esté recién iniciando en el clan, necesita calidad. No quería desobedecer, pero a la vez pensaba que le quedaba poco tiempo, no quería morir aún y no le agradaba la idea de ser molida a palos, por mucho que Nayeon la intente convencer de que eso no pasará.
Se está odiando por lo que va a ser, pero cree que no tiene opción.
N/A: tengo una especie de amorodio por el personaje de jeongyeon
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Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/Dubchaeng
FanficSegunda temporada de mi saga "Hurts". Sana tiene un pasado que la hace ser como es, al igual que Dahyun. Al final, la práctica forma nuestro ser. Su amor no siempre fue doloroso, hubo una buena época, una que Sana extraña pero a la vez no. Lleno de...