Capítulo 26

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Iba siendo una semana común y corriente para Dahyun, era día miércoles y la chica de tez pálida seguía con su mente enfocada en lo ocurrido el fin de semana anterior. Las cosas no cambiaron mucho en realidad, sus converzaciones con Sana a través de mensajes eran similares a las de antes, pero no se siente igual por el único hecho de que ahora son novias.

Era la primera relación de Dahyun, por lo que no tardó demasiado en estar sobre su mejor amiga Chaeyoung para contarle todo, con sumo detalle de cómo se siente su corazón. La más baja a veces preferiría no saber tanto, pues logra ser difícil ocultar su rostro de desagrado, y no suficiente con eso, se enteró por parte de Jeongyeon lo ocurrido en casa de la jefa. Chaeyoung suspiró, por un momento esperó que quizás Sana no se preocupara tanto por Dahyun, pero al parecer estaba equivocada.

Era frustrante, pero los ojos afilados de Nayeon y los insultos sin específica dueña le daban esperanza, había una clara posición contraria de la que se podría aprovechar, aunque no ha recibido ninguna orden aún. Pero ella no necesita ordenes, ella necesita elogios y no ser regañada, lo cual tiene asegurado si aleja a Dahyun de Sana. No se siente realmente culpable de sus pensamientos, por qué debería, no puede rendirse luego de ver al fin algunos frutos de su arduo trabajo, ella quiere a Dahyun.

Se encontraban en medio de la clase, la maestra Sunmi explicando al frente, algunos atentos, otros distraidos, otros confundidos, Dahyun se encontraba en el primer grupo. Se vieron interrumpidos por golpes en la puerta, la pálida chica no le prestó atención y se dedicó a revisar lo que tenía escrito, Chaeyoung aprovechó para dejar caer su cabeza sobre el banco y descansar, era muy temprano y la clase era aburrida.

— ¿Kim Dahyun? — La chica alzó la vista confundida — Oh, y Hwang Eunbi, también, las necesitan

Ambas nombradas acudieron al llamado, Eunbi arrastraba sus pies y su rostro demostraba el desagrado que le provocaba ir, Dahyun seguía preguntándose qué habría pasado para que la solicitaran. Buscó con sus ojos a su mejor amiga, pero esta al parecer no se inmutó con lo ocurrido, seguía en su misma postura probablemente dormida.

Pero no, Chaeyoung no dormía, tenía sus dientes presionados pues sabía lo que pasaría, el no poder involucrarse le da aún más impotencia.

Por otro lado, Dahyun caminaba detrás de su compañera siguiendo al inspector que las retiró del aula, llegan hasta una sala donde ella no ha entrado nunca antes, pero que, gracias a ese pequeño cartel, sabe quien está adentro. Su seño fruncido sólo se hizo más grande, era imposible que la llamaran ahí, había rechazado la revisión incontables veces antes. Luego su cabeza dio sentido a todo, "Yoo Jeongyeon" ponía el cartel, la misma que la llevó a su casa y se llevó a su novia a quién sabe donde.

— Bien, Eunbi, ve tú primero. Yo debo irme a hacer otro asuntos — Dahyun sabe que él irá a dormir, lo ha visto, pero se abstiene de decir algo — Luego entras tú, cuando salga tu compañera

Ambas asintieron mientras seguían sentadas en los bancos fuera de la sala, Dahyun pensando mil escenarios en su cabeza. Recién notó que Yoo Jeongyeon, eminencia en su escuela, es parte del mismo clan peligroso del que es parte Sana, ¿A qué se puede deber esta reunión? Sólo ve a Eunbi entrar, piensa que es viable escapar en ese momento, pero tampoco quiere ser regañada y no sabe si aquello puede darle concecuencias peores. Rebusca en sus bolsillos su teléfono, llamar a Sana puede ser una opción, aunque duda que su novia pueda hacer algo estando en la ciudad, no quiere ser una molestia.

— Te toca — Para cuando se decidía a huir, Eunbi ha salido de la sala y se va.

Da un gran suspiro, al parecer deberá enfrentar lo que sea que fuera a ocurrir. Abrió la puerta con timidez, paseando sus ojos por todo el lugar, identificando de inmediato la figura de la hermosa mujer sentada tras el escritorio, quien revisaba papeles concentrada. No podía relacionar lo que pasaba, no parecía alguien involucrada en algo tan oscuro como el mundo del tráfico de drogas (Y eso es solo de lo que ella sabe), donde es bien sabido ocurren cosas algo desagradables y peligrosas.

— Sientate, ponte cómoda — Jeongyeon le dedicó una dulce sonrisa, usual a las que da en el trabajo.

— Claro... — La menor tomó asiento, su mente en blanco.

— Entonces... — A ojos de Dahyun, la mujer en frente estaba demasiado tranquila, contrastante con su tensión — Tu madre murió cuando tenías ocho, ¿No? Tienes una hermana menor y vives con tu padre ¿Es correcto? — Dahyun frunció el seño confundida.

— ¿Eh? — Jeongyeon mantenía su expresión profesional — ¿Qué es esto? — Ya no había temor, sólo curiosidad.

— Es sólo un chequeo, tranquila — La mayor le dio una sonrisa segura — Ten seguridad de que lo que hables no saldrá de aquí, tal cual como lo hizo ya tu hermana — Claro, Dahyun sabía de qué se trataba.

— Sí, lo sé, pero yo rechacé esta entrevista, fui bastante clara

— Vamos, Dahyun, son sólo unas cuantas preguntas de rutina — Jeongyeon buscó hacer contacto visual — Dime, cómo fue aquello, lo de tu madre, ¿Aún la recuerdas? — La menor se puso en pie.

— Dije que no quería esta entrevista — La mujer dejó salir un suspiro enojado.

— Mira, sé que no quieres, por mí no lo haría, pero te queremos conocer... ¿Sabes? Sana es algo especial, no es como que cualquiera pueda salir con ella, sólo siéntate y cuéntame de ti, es todo, no te lastimaré

— Qué quiere saber, Sana me importa mucho, no hablaré de su estúpido clan, mi familia está bien así y eso es todo

— No creo que sea tan así — Jeongyeon se puso en pie de igual manera — Mira, da igual la imagen que tengas de mí, pero yo sé de mi trabajo y es imposible que Minju esté tan bien mentalmente sin ayuda, ahí debiste interferir tú — Se acercó un poco — Y algo me dice, además de tus ojeras, que ha sido duro en ti

— No sabes nada de mí

Dahyun salió pegando un portazo, dispuesta a volver a su clase y hacer como si eso no ocurrió nunca, en su pequeño cuerpito estaba una gran cantidad de enojo acomulado, intentaba inhalar y exhalar para soltar esa tensión, no quería que alguien notara lo que pasó.

Jeongyeon se quedó en su lugar quejandose por lo bajo, recordando lo difícil que son algunos adolecentes, concluyó que tendría que investigar ella misma, pues Nayeon no estaría satisfecha con esa vaga información.



































N/A: oye q es wena la música de loona

Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/DubchaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora