Sana nuevamente estaba armando su bolso, aunque algo frustrada, su último certamen no había ido muy bien y le causaba algo de decepción no poder llevar una buena noticia a Nayeon, aunque al tiempo recordó haber logrado vender toda la mercancía. Soltó un suspiro, Nayeon estaría seguro feliz.
Bambam, amablemente, se ofreció a llevarla hasta el autobus, negó suavemente con la cabeza mientras le pedía simplemente mantenerse bajo perfil. A Sana, ahora, la ponía algo tensa el que Bambam sea tan sociable, aunque el chico le aseguró que nadie dudaba un mínimo de él y que las personas con las que negoció estarán en silencio. En realidad le daba igual si el chico era expuesto, por cruel que suene, pero le interesa demasiado no verse involucrada en el asunto, menos ahora que es su último año de carrera.
También estaba planeando algo aparte, se cumplían dos semana sin hablarle a Dahyun, y aunque por dentro sus dedos picaban por siquiera enviar un mensaje, se contuvo y decidió que sería lo mejor.
Y hablando de la pálida chica, esta ya se encontraba perdiendo la total esperanza y eventualmente sólo se dedicaba a releer converazaciones, por lo demás, seguía con su vida como si nada hubiera pasado.
Oh, la odiada rutina, el tedioso cansancio, inconfundible desmotivación, falsas sonrisas máscara de serios rostros, días como el anterior y como el siguiente, lo último no suena tan malo, pero Dahyun suele odiar sus días últimamente. Es tan aburrido y cansado, la cercanía de Chaeyoung era linda, sin embargo, a veces sentía que lograba cansarse, pero pone de su esfuerzo para no defraudarla.
Pero ya era sábado y, quitando las cosas del hogar por hacer, ya puede relajarse.
Sana está en casa de Nayeon, la cual está bastante seria y eso se ve contagiado en ella, al parecer esta vez no hay fiesta por su llegada. La chica soltó un breve suspiro, Nayeon está en silencio en su sofá contando, Jeongyeon de pie mantiene la vista en ellas y nadie más está en la habitacion, sólo dos latas de cerveza sobre la mesa y un vaso de agua. Sana estaba perdiendo por dentro la paciencia, ni una leve sonrisa había escapado de Nayeon, lo cual la hacía plantearse qué había hecho mal esta vez, con algo de culpa sobre sus hombros.
— Está todo — Habló Sana, Nayeon alzó la vista.
— La vez pasada te fuiste sin despedirte — Sana ladeó su cabeza — Qué pasó, Jeong me dijo que te fuiste temprano de aquí, esperé que volvieras y no lo hiciste, sólo llevaste la mercancía
— ¿No es eso lo que importa? — Expresó la chica, confundida ante ese regaño.
— No me trates como si fuera sólo tu jefa, sabes bien que las cosas entre nosotras no son así — Nayeon la vio a los ojos — Por qué te fuiste — Sana desvió la vista — No me intentes ocultar cosas, Sana
— Tuve que volver antes — Nunca antes había mentido a Nayeon, pero los ojos de la mayor la hicieron sentir miedo, pero no precisamente por su propia persona.
— Nayeon, relájate — Se escuchó la voz de Jeongyeon —A mi la universidad me demandaba mucho igualmente
— ¿Estás intentando hacerme sentir inferior porque yo no fui a una?
— Basta — Se escuchó a Sana, en el intento de defender a Jeongyeon del regaño.
— Quién lo diría, tú también te crees superior ahora — Nayeon se acercó con autoridad a Sana, quien en un segundo tenía nuevamente los ojos aterrados, iguales a los que tenía de pequeña.
La mayor soltó un suspiro pesado, desvió la vista de la menor y se encaminó a su habitación, no sin antes tomar ambas latas de cerveza, llevandoselas consigo. Jeongyeon se sintió algo más relajada una vez que abandonó la sala, aunque sus ojos se toparon con la preocupada Sana que, una vez más, luchaba consigo misma para suprimir sus emociones y mantener un semblante serio.
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Hurts: The Beginning of the Lovely Hurt ‐ Saida/Dubchaeng
FanfictionSegunda temporada de mi saga "Hurts". Sana tiene un pasado que la hace ser como es, al igual que Dahyun. Al final, la práctica forma nuestro ser. Su amor no siempre fue doloroso, hubo una buena época, una que Sana extraña pero a la vez no. Lleno de...