Un tiempo después de su regreso, Jake se presentó en la puerta de Lisa, llamándola insistentemente. Ella dejó el libro que estaba leyendo sobre la cama y se levantó a abrir la puerta, apresurada por los rápidos golpes en su puerta, y en cuanto la abrió apenas una rendija, él se coló en su habitación como un torbellino, con unos papeles en la mano, parecía que había llegado corriendo desde su habitación. Ella tuvo que parpadear un par de veces, sorprendida y se giró para poder mirar a Jake, aún más extrañado.
–¡Lisa, Lisa, Lisa!– repetía una y otra vez ya dentro y de pie en medio de la habitación.
–¿Qué? ¿Qué es lo que te pasa?
–Estaba haciendo el informe sobre la misión y... bueno, mira tú misma lo que he encontrado.– le tendió la carpeta de papeles que llevaba en la mano, en la que Lisa no había reparado hasta el momento, abriéndola por una página en concreto. Ella bajó la mirada de sus ojos a su mano, la tomó y barrió la hoja con la mirada, no sabía qué estaba buscando, Jake parecía histérico y no entendía por qué, pero entonces se topó con su apellido, con el nombre de sus padres. Frunció el ceño, desconcertada, sin saber qué estaba viendo.
–¿Qué es esto?– levantó la mirada hacia Jake, en busca de respuestas, de que se explicase.
–Son los archivos que robó Kristoff,– le dio un golpecito al borde de arriba de la hoja.– son datos personales de agentes, entre los que se encuentran concretamente los de tus padres. Viene de todo, hasta de ti y de tu familia.– respondió, mucho más serio y calmado que antes. Mirándola intensamente, intentando contagiarla con su emoción. Pero ella no lo terminaba de entender.
–¿Crees que alguien buscaba estos documentos porque hay información de mis padres?
–Eso creo, sí.– se sintió un poco decepcionado de que no se impresionara con su descubrimiento, esperaba bastante más entusiasmo por su parte. Aunque se recuperó rápido para explicar su punto.– Sé que suena un poco loco, pero también nos buscaban a nosotros, eso está más claro. No me digas que no te parece raro. Un robo de documentos con, casualmente, datos de tus padres que han sido llevados hasta una base del asesino de los mismos, mucha casualidad en mi opinión.
–¿Y qué puede haber aquí que le sea útil a alguien?– Lisa sacudió los papeles. No se había parado a pensar que los documentos podrían tener algo que ver con sus padres. No le gustaba que eso fuera así, era raro, pero le gustaba menos que no se le hubiera pasado por la cabeza.
–Eso ya no lo sé, puede que algo sobre ti.– bajó la vista y se fijó en el collar que Lisa volvía a llevar en su cuello, el medallón de sus padres.– Oye, no llevabas ese colgante cuando nos atraparon, ¿verdad?
–¿Eh?– bajó la vista ella también y lo levantó en su mano.– No, me lo quité antes de ir al baile y lo dejé guardado en mi chaqueta, se quedó en el coche. Esa noche llevaba otro.– Lisa no sabía a qué venía esa pregunta, así de repente. Le parecía que Jake estaba divagando demasiado. Empezaba a sospechar que había tomado más café del normal ese día.
–Y el otro te lo arrancaron. Ese hombre lo quería.– siguió Jake, con cara de pensar en una idea revolucionaria, a Lisa no le entusiasmaba demasiado esa cara, porque solía venir acompañada de algún tipo de incendio o algo semejante.
–¿A dónde quieres llegar?
–Este collar era de tu madre, puede que lo quisieran para algo.– fue directo al grano. Claro y conciso con su idea. Lisa lo miró intentando ocultar que pensaba que se le había ido la olla.
–Jake, ahora sí que estás diciendo locuras, ¿qué podría tener un simple collar sin valor?
–Pues eso es lo que tenemos que averiguar.– recuperó la sonrisa, los ojos hasta le brillaban de emoción. No sabía cómo o por qué pero eso sirvió para convencer a Lisa, de pronto no le parecía tan loco y, aunque sus ideas no terminaban de convencerla, sintió que verdaderamente habría que ahondar en ese tema.
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Crónicas de un espía
SpiritualLisa era una chica normal, o, al menos, eso creía ella. Hasta que un día, todo cambió. Tras la muerte de sus padres se sentía perdida, le sucedían cosas extrañas, cuando un chico muy raro apareció de repente en su vida para poner esta patas arriba...