–¿Quieres que sea una espía?– preguntó Lisa sarcásticamente, ya sin creer ni una de las palabras que salían de la boca del rubio.
–Una AES.– remarcó con mucho énfasis, como si hablara con una niña pequeña– Ya te he dicho que no nos gusta ese término. ¿Es que no me escuchas?– repitió con un aire un tanto ofendido.
–¿Y cómo es que nunca lo he oído?– contestó con otra pregunta, escéptica.–¿Y por qué eres tan insufrible?– la segunda pregunta se resbaló de entre sus labios sin poder retenerla por más tiempo, después de un rato saboreándola.
–¿Has oído hablar sobre el Mi6, Men in Black y otras instituciones?, todas son reales y nosotros somos una más, pero algo menos famosa. Nadie sabe de nosotros salvo nosotros.– dijo mirando a los lados y bajando la voz cómo si estuviera contando una historia tenebrosa y acto seguido cambió completamente el tono y añadió.– Y yo no soy insufrible, soy un encanto, igual que un osito de peluche.
Lisa alzó una ceja y, intentando poner en orden sus preguntas (que se iban amontonando por momentos) y sus comentarios acerca de la situación y el tal Jake, dijo:
–Vale, pongamos que te creo y que quisiera hacerme AES, ¿que significaría eso?
–Bien, primero te llevaría a la sede central, la madriguera como la llamamos, y allí te entrenaríamos. Aprenderías a luchar, a desarrollar tus habilidades, analizar las situaciones y demás cosas...– dijo todo eso como si fuese un guía turístico que se sabe el folleto de memoria.– Y luego partiríamos para empezar la misión.
–¿Pero por cuánto tiempo?, yo no puedo abandonar mis estudios.– repuso Lisa, mirando a las taquillas a su alrededor, nunca se le ocurriría dejar el instituto.
–No te preocupes por eso, ser AES requiere una formación, pero podrás terminar de estudiar este curso allí mientras te entrenas y por junio, cuando hayan acabado las clases, seguiremos con nuestra misión.– respondió como si tal cosa, moviendo la mano para quitarle importancia.
Ella lo meditó por un momento. Si todo era verdad, no podía hacerse a un lado. Aunque quisiera, no podría olvidar esta conversación nunca, pasaría el resto de su vida pensando en aquello, ya no podría volver a la normalidad. No podía desperdiciar una oportunidad como aquella, para saber más de sus padres, de su trabajo, de su vida. Tenía que, al menos, intentarlo.
–Mi tía nunca me dejará.– Lisa cayó en ese "pequeño detalle" de repente. Su tía nunca se creería tal cosa y jamás la dejaría irse con un perfecto desconocido.
–Por supuesto tu tía no puede saberlo. Pero no te preocupes, está todo resuelto.– Jake se llevó la mano al bolsillo y le entregó un folleto plegado. Ella lo desdobló con cuidado y apreció arriba del todo un nombre escrito en letras plateadas: Academia Para Talentos.– Le diremos que te han concedido una beca especial para adolescentes sobresalientes y que tienes que irte a una academia de reputación.
–Y ya está, ¿así de fácil?– preguntó Lisa incrédula.
–Te lo aseguro, nunca me ha fallado. Vamos ya mismo a decírselo.– Agarró a Lisa de la mano y empezó a caminar, pero ella paró en seco.
–¿Cómo? ¿Ahora mismo?– dijo sorprendida.
–Por supuesto, no tenemos tiempo que perder. Cuanto antes empieces el entrenamiento, antes empezaremos la misión.
En ese momento el cerebro de Lisa se despejó de todas las ideas locas y toda esta nueva información. Tuvo un extraño momento de revelación, vio pasar su vida ante sus ojos, no tenía nada que la aferrara a su vida actual, nada por lo que quedarse, nada que no le importara dejar atrás. Pero entonces se acordó de su mejor amiga, Emily, la única que siempre se había mantenido a su lado, pese a todo.
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Crónicas de un espía
SpiritualLisa era una chica normal, o, al menos, eso creía ella. Hasta que un día, todo cambió. Tras la muerte de sus padres se sentía perdida, le sucedían cosas extrañas, cuando un chico muy raro apareció de repente en su vida para poner esta patas arriba...