Capítulo 6

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Is time to fly away, baby.

Acabé pidiendo una segunda cita como el señor Soleman. Sus palabras me hicieron pensar, ¿que tal si realmente puedo salir de esta por mi cuenta? En nuestra primera sesión no me juzgó ni lo más mínimo y se siente tan bien. Porque si alguien más vuelve a resaltar mis errores, va a romper la barrera que estuve intentando construir para mantenerme fuerte. 

Él aparece en mis pensamientos dos o tres veces al día. ¿Por qué incluso si nos tratan como basura, nos aferramos a las personas equivocadas? Tengo a Dylan recostado en mis muslos y ni siquiera estoy ahí realmente. Me perdí en mi propio mundo y en los recuerdos. Lo hago muy a menudo. Joseph sigue doliendo, el malparido sigue siendo una herida abierta por mucho que trate de taparlo.

Fue mi primera vez, mi primer beso y mi primer amor. Por muy chistoso que suene. Yo le amaba con todo mi ser, por algo arriesgue mi vida por él sin pensarlo. Y lo peor de todo, lo que me hace sentir culpable, es que si sigo pensando en eso acabaré haciéndole a Dylan lo que me hizo él. Lo menos que quiero hacer es que se sienta mi segunda opción, porque en verdad me gusta. Quizás por eso no quiero formalizar la relación todavía. Necesito que los dos tengamos claro que nuestros sentimientos no son fruto de mi dolor.

Acaricio sus mechones. Su respiración es calmada y logra transmitirme esa tranquilidad. Tiene unos días de vacaciones y pensamos en irnos de viaje. Uno muy corto, pues con mi trabajo nuevo solo tengo dos días de descanso semanales. En Boulevard todo está yendo bien. El lunes es mi reunión con Keane acerca de los roles. Tiene suerte de que soy buena guardando secretos, paso mucho tiempo con Bryce. No es tan imbécil como parece.

Me ha invitado ir a su casa para pasar un rato con sus amigos. Dice que es bueno divertirse de vez en cuando. Realmente cree que soy una amargada. Y sí, así me veo de cara al público. Metida en mi trabajo, con ojeras y de vez en cuando viajando al limbo. Como si solo fuese un cuerpo andante.

Me niego seguir siendo un maldito zombie. Por eso cuento las horas y los segundos para el viaje con Dylan.

– ¿Ya tienes tus maletas? – pregunta incorporándose y estirando su espalda.

– Sí, está todo listo. ¿A qué hora debemos levantarnos?

– Cinco y media, si queremos tener tiempo para disfrutar debemos llegar lo antes posible.

– Podemos levantarnos a las seis y media, total, una hora no hace la diferencia. – reprocho poniendo un puchero.

– Al contrario. ¿Prefieres dormir o hacer todo un tour por la Isla? Son solo tres horas de avión. – me dice divertido, sabiendo que madrugar no es el problema del asunto.

Dylan tiene una amiga que era la propietaria de una cadena hotelera. Gran parte de su fama se debía a que fue la primera que supo aprovechar la Isla Kahuna, que estuvo abandonada hasta que la convirtió en un flujo turístico. No pude ir a París con Joseph, así que este sería mi primer viaje.

Estoy un poco intimidada por viajar en avión. Estar a kilómetros de la tierra me crea pánico. Pero debo domar mi miedo a las alturas. Valdrá la pena si logro ver algo más que los rascacielos de Viscons. La emoción rueda por todo mi sistema y esta noche casi no pego ojo.

(...)

Meto mi cepillo de dientes en el bolsillo lateral de la maleta y dejo ir un largo suspiro. Ya está, va a pasar. Voy a ir a una isla carísima como invitada, en avión y con uno de los hombres más sexys que existan en el planeta. Y me arde no tener bañadores bonitos los cuales poder lucir.

– Ves saliendo hacia el ascensor, voy a comprobar que todo esté apagado. – escucho decir a Dylan desde la habitación.

Las ruedas de mi maleta ruedan hasta la puerta del ascensor. Acaricio la pantalla de mi móvil por dentro del bolsillo de mi abrigo. El cual en poco no voy a necesitar, porque los casi 40 grados de Kahuna prácticamente me van a desnudar. Aun no puedo relajarme del todo, no es como si estuviese de vacaciones. En dos días me toca volver a fregar los platos en Boulevard y el comienzo del grado de Marketing está a la vuelta de la esquina.

Dulce y posesivo © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora