Capítulo 21

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Debe ser que la vida nos reta.

Un restaurante bastante elegante nos recibe. Nos acompañan hasta una mesa en el segundo piso, bastante apartada de los demás y con un ambiente muy acogedor.

Somos el único grupo, hay parejitas por todas partes y según he leído en las revistas, es uno de los sitios donde se hacen las mejores pedidas de matrimonio.

Pasamos un rato charlando de cosas triviales, los chicos de lo suyo y nosotras de lo nuestro. Hasta que nos traen por fin unas copas de champán. Fedra agita su mano con nerviosismo y parece que se fuera a desmayar por algo, ya que hasta le tiembla el labio inferior.

A su lado, Hernán la tranquiliza besandole el dorso de su mano. Los demás nos quedamos a la espera de algún tipo de explicación. Bettany me mira a los ojos y consume el champán de un trago, luego agarra el de su marido y hace lo mismo. Me contengo para no reír.

— Si Hernán y yo os invitamos hoy aquí... — comienza por fin a hablar Fedra — es para daros una noticia importante.

— ¿Qué clase de noticia importante? De esas que dices, meh, podría haber sido peor. ¿O esas que te dan un mini infarto? — pregunta Bett, parece más nerviosa que la propia Fedra.

— Amor, espera a que ella acabe y lo sabrás. — propone Charles.

— Nos vamos a casar. — suelta  de pronto y me muerdo el labio inferior sin poder creermelo.

— Así me lo dices, sin lubricante. — gimotea Bett después de haberse quedado plasmada unos segundos asimilandolo.

— Vaya, muchas felicidades chicos. — habla Dylan con una gran sonrisa.

— ¿Ya tienen planeado el día? — interviene Charles con curiosidad.

— Será antes de Navidades. Aún no sabemos qué día exactamente. — responde Hernán para luego darle un tierno beso a su prometida.

Me giro hacía Bettany y trato de consolarla. Parece afectada y todavía no sé si para bien o para mal.

— ¿Qué ocurre princesa? — le susurro.

— Ella es feliz Lily. Es jodidamente feliz, lo veo en sus ojos. Y ella... ha pasado por tanto, por tantas mierdas. La he visto romperse, no sentirse persona. La ví caer para luego levantarse como la mujer valiente que es. — cuenta y se limpia cuidadosamente con el dedo índice las lágrimas que se le deslizan. — Se merece ser feliz. Y por fin siento que mi amiga va por un camino que ella misma ha escogido.

Un silencio se instala entre todos, pero nos es incómodo. Todos tratan de ser empáticos con las chicas.

— Ya está Bett, mejor piensa en qué vestido me pondré. — trata de distraerla la futura novia. Luego su mirada se dirige a mí y no se atreve a mirarme fijamente a los ojos. — Lamento si esto... Te recuerda a... — trata de decir pero la freno.

— No me recuerda a nada. Solo me recuerda a que yo también voy a necesitar un bonito vestido de dama de honor. — digo y mi mente viaja a mis bocetos. Las ganas de diseñar algo personalizado para todas avivan mi fuego interior.

— A mi lo que más me emociona es la despedida de soltero. — comenta Dylan y todos reímos. — ¿Qué? Soy bueno organizandolas.

— Ninguna despedida de soltero. — grazna Fedra. — porque a quien le siga dando ideas, le corto las bolas. — amenaza y Dylan levanta las manos en son de paz.

— Fedra, no te precipites. Que se lo pase bien el chico, tú puedes traerte un stripper también. — la pincha Charles y ella se pone toda roja. — Porque bien que lo querías hace un tiempo...

Dulce y posesivo © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora