Capítulo 26

6.5K 304 100
                                    

Las mentiras piadosas y no tan piadosas. 

Perspectiva de Dylan:

Trabajar es duro cuando la mitad de tus pacientes carecen de sentido común. Y que, por muchas indicaciones que les des, acabarán haciendo lo que les dé la gana. Aunque luego, obviamente, te culpen de que su tratamiento no esté funcionando.

Salgo por la puerta del personal sanitario y me siento dentro de mi coche enseguida, tratando de evitar el frío nocturno.

Y no es sólo el trabajo que me tiene tan de los nervios. Hay una razón mucho más destacable. Y tiene un nombre. Miriam Grey. Una mujer que no sabe el límite para sus caprichos y a la cual he tenido que soportar por largos años.

La cuestión es que vuelve al país en una semana y no me apetece lidiar con lo que conlleva su llegada. Ya que desde el momento que pise el país, vendrán las complicaciones. Ya de por sí me ha costado mantenerla a raya, no me imagino lo que pasará una vez esté aquí.

Lo que sé seguro, es que si no manejo bien esta situación, lo mío con Lilith se acabará pronto o como menos, se arruinará. Estoy tan tenso que necesito despejarme o enloqueceré.

Tomo rumbo a una de las zonas con bares. Lilith me dijo que hoy no estaría disponible y no me apetece volver a casa tan pronto. Entro en uno de los tantos establecimientos. No suelo tomar demasiado, pero como dicen, la situación lo amerita.

¿Qué ocurre cuando no dices la verdad por completo? ¿Se considera eso una mentira? Me respondo a mi mismo que sí y no estoy nada orgulloso por no haber sido claro con Lilith respecto al tema.

El alcohol me relaja pasada media hora y la música alta ya no parece tan molesta. Al contrario que a mí, a Miriam siempre le han gustado este tipo de lugares. Supongo que como soy mayor que ella, ya estoy viejo para estas cosas de salir a bailar por las noches entre la muchedumbre y emborracharme hasta perder la noción del tiempo.

Muchas chicas se me acercan, algunas incluso menores y las ignoro completamente. No deberían de fijarse en hombres de mi edad, muchos son demasiado mal intencionados.

Detecto a uno de estos cuando estoy a punto de irme. Tiene agarrada a una chica morena, la cual no puede deshacerse de sus piropos inapropiados. La veo moverse incómoda en una de las sillas de la barra, a unos metros de mí.

Tiene miedo, es evidente, de no ser así se hubiera ido hace mucho. Pues cada uno de sus poros destila repudio hacia el tipejo que no deja de babear por ella. Me duele personalmente ver este tipo de escenas, pues conozco a demasiadas pacientes que han sufrido agresiones graves que no olvidarán jamás y que han empezado igual que lo que mis ojos ven ahora.

Me acerco con confianza y seguridad, posicionándome detrás de ella y agarrando al tipo por la muñeca y retorciéndosela, hasta que se ve obligado a soltar a la chica por el dolor. Su expresión de rabia no tarda en dibujarse en su cara y me mantengo con una mirada gélida que si pudiese lo atravesaría por la mitad.

—¿Qué coño te pasa, eh?

—Déjala en paz y vete. —ordeno directamente.

—Pero a ver, ¿tú quién eres? Estábamos hablando y has venido de la nada a interrumpir. Es mía, búscate a otra.

Apreto la mandíbula, este gilipollas se cree que porque él quiera la puede tratar como su pertenencia.

—Es mi hermana —miento— y como no te largues ahora mismo, llamo a la policía y a ver si te acosan a ti entre rejas. Ya verás como les gustará romperte el culo. —amenazo, pero con cara de indiferencia.

Eso es lo que más les asusta, ver que tienes el control. Si usas la agresividad o la violencia, solo les dará pie a empezar una pelea que involucre a los dos. Lo de decir que soy su hermano también es una estrategia. Habiendo dicho que soy su novio lo habría cabreado más o incluso intentaría volver a acercarse cuando me fuera. A esta clase de seres unineuronales les arde que otro venga y se posicione como su competencia.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 14, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dulce y posesivo © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora