Capítulo 11

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Perspectiva de Joseph:

La mujer rubia de pelo corto que está delante mío empieza a cabrearme. Da un giro apoyándose en su mesa y repiquetea con sus larguísimas uñas en la superficie.

– Le estoy diciendo que no podemos quitar esa edición. Ha sido una de las más exitosas, no sólo por su drama, sino por el de Gala Fitson. – sus ojos se clavan en los míos, amenazantes. – No voy a quitar una exclusiva internacional sólo porque a usted no le parezca bien que hablen de su vida. Que yo sepa, es un personaje público y tenemos todo el derecho de hablar y opinar sobre su persona.

Julliet Vivens, una verdadera arpía de la prensa rosa. Los cotilleos y las mentiras son su especialidad. Ya le tenía muchas ganas, esto me servirá para ponerla en su sitio de una vez. Si se cree lo suficientemente importante como para enfrentarse a mí, está muy equivocada.

Me acaricio la barbilla, voy a esconder cualquier indicio de que esta tipa me irrita. Necesito mostrarme seguro. Y lo estoy. He venido preparado. Miro a cada lado de la sala donde estamos reunidos para luego volver a fijar mi mirada en ella.

– No veo por ningún lado a su abogado. Si quiere puede llamarlo.

– ¿De qué está hablando? – levanta las cejas en signo de sorpresa. Bingo.

– Querida señorita Vivens. Me he tomado las molestias de enviar todas y cada una de las ediciones de su revista a mi abogado. Desde el año en que comenzaron hasta la fecha de hoy. Y mire por donde, me ha dicho que esto es muy grave...

– ¿Muy grave?

La mujer se sienta en su sillón y trata de volver a ponerse su armadura, pero es obvio que está nerviosa por lo que le estoy contando. Debe de saber por donde la voy a apuñalar.

– ¿No sabía usted que hay más de 50 calumnias bajo su nombre? Oh... Y ya ni hablar de las injurias. Ha atentado contra la dignidad de Senata Clark sin ninguna prueba. Esto le puede traer una directa cancelación de su revista de pacotilla. También unos buenos añitos de cárcel. Aunque trate de ocultar sus emociones, su cuerpo la delata. Está jugando con el botón de su blusa y su cara está más blanca que la de un cadáver. Quiero acabar con esto ya. Esta mañana he echo tres visitas como esta.

– ¿Me está amenazando? Eso es un delito también. Que mal que juegue con la misma moneda.

– Para nada. Lo único que estoy haciendo aquí es avisarle de unos procedimientos legales. – Saco unas hojas que me ha pasado mi abogado y se las doy. – Puedo quitar esta denuncia si coopera conmigo... De no ser así me temo que tendremos que vernos en los juzgados.

– No hay derecho, no hice más que dar mi opinión.

– Pues su opinión ha jodido varias vidas. Hace unas semanas he tenido una buena charla con Margot Tomson. Y me ha contado algo muy interesante. Se ve que usted le ha sacado fotos en un vestidor, para exponer su transexualidad sin ningún permiso de ella. Está bastante de acuerdo conmigo en hacer una denuncia conjunta.

– No voy a entrar en su juego, pueden ir todos en mi contra si quieren. Siempre me has he apañado para ganar. – suelta con una voz tan temblorosa que parece que tenga un vibrador metido en el culo.

– Mala decisión señorita Vivens. Pero usted es la que elige. Será un placer verla con naranja, creo que le va a favorecer a su tono de piel.

Dulce y posesivo © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora