Hello there! Acá un nuevo capítulo
Cuando regresaron a casa, Padme y Anakin cenaron en silencio. Ella lo escuchó atentamente contarle como la misión había sido difícil, y había perdido una parte importante de su escuadrón.
- ¿Tú estás bien? ¿Estás lastimado?- preguntó ella y él acarició su rostro cuando vio lo afligida que parecía
- Estoy bien- dijo él con ternura- No tienes que preocuparte cada vez que voy en una misión, sabes que es parte de mi trabajo- dijo él y Padme negó.
- ¿Cómo no voy a preocuparme si cada vez que estás fuera temo que no vayas a volver?- dijo ella abrazándolo y el suspiró.
Se abrazaron y Padme comenzó a preguntar por la misión, por los lugares que visitó, por como estaba Ahsoka.
Cuando finalmente se fueron a dormir, Padme caminó a su habitación, pero Anakin no la siguió.
Ella sintió una punzada en el pecho al ver que él no la seguía, se cambió de ropa y esperó, pero él no fue a la habitación.
Aguantando las lágrimas que cada vez sentía caían con más facilidad, caminó hasta la sala y lo encontró preparándose para dormir en el sofá.
Él la miró sintiéndose culpable y aunque habría deseado ir con ella a la habitación, no se sentía de buen ánimo para enfrentar sus propios fantasmas, para recordar la infidelidad de Padme, las fotografías, no estaba listo para eso.
- Padme- dijo él en voz baja- Lo siento, no puedo ir a nuestra habitación hoy, yo- dijo mirando hacia abajo- Estoy cansado Padme, solo dame unos días, necesito dormir en paz- dijo sabiendo que sus palabras eran duras, pero ella entendía lo que él quería decir.
- No importa, yo entiendo- dijo Padme sonriendo levemente- Duerme bien, si necesitas algo, no dudes en avisarme ¿Seguro que no quieres tomar la cama?
- Por supuesto que no- dijo él, jamás la haría dormir en el sofá
- Insisto, si necesitas cualquier cosa, solo dime- dijo Padme acercándose a él y besándolo cortamente.
- Gracias por entender- dijo Anakin sintiéndose miserable al ver como ella intentaba contener las lágrimas
Padme solo lo besó en la frente y caminó hacia su habitación, corriendo la última mitad del camino pues ya no podía aguantar las lágrimas y lo único que quería era desplomarse en la cama llorando.
Por más que habría deseado hablar con Sola que la estaba llamando, o con Satine, o con Palo que siempre la escucharía, simplemente apagó su comunicador y lo arrojó lejos.
Quería estar sola hundida en su miseria esa noche.
Cuando las horas avanzaron y ella sentía que no podía dejar de llorar, tocó su vientre, sintiendo lo plano y vació que estaba.
No iba a preguntar porque tantas cosas malas le pasaban a ella, porque sabía que probablemente era lo que se merecía por haber cometido un gran error.
Se puso de pie y se miró al espejo, observando su vientre y pensando en como se habría visto esperando un hijo. El poco tiempo que estuvo embarazada antes, su vientre ni siquiera había alcanzado a abultarse. Cerró los ojos imaginando que su vientre crecía y allí sus hijos. Luego imaginó niños jugando por su casa, diciéndole mamá.
Negó. Eso jamás podría ser y ella se estaba ilusionando en vano.
Observó su cama vacía y se sentó en el pequeño sofá que había en su habitación
¿Qué sacaba con seguir durmiendo en aquella cama vacía? Ella no dormiría allí tampoco.
Despertó temprano en la mañana sintiendo que su cuello, espalda y básicamente todo su cuerpo dolían.
ESTÁS LEYENDO
¿Qué nos pasó?
RomanceUna historia de amor, infidelidad y un matrimonio roto. ¿Qué será lo que el destino tenga preparado para ellos?