Libertad, honor , sacrificio, honra, amor o traición era algo que cualquier persona en su sano Juicio jamás se atrevería a mezclar para describir a una persona, Jeon Jungkook , lo sabia a la perfección...tanto que su vida pasada, ahora se recreaba...
Las bonitas calles cubiertas de nieve y lo colorido de los patios de las casas , mostraban que las fiestas decembrinas se acercaban, todo era bonito y precioso, ante los ojitos de bambi de ese pequeñito Jungkook, se abrían y brillaban como si de una constelación entera se tratase, y es que la navidad era por demás su fecha favorita,los regalos, la cena, y la visita de sus primos hacian aun más especial y preciosa esa fecha.
Una vez a año se permitia olvidar la ausencia de su madre, la falta de amor de su padre , y dejaba de sentirse encerrado y sofocado en esa enorme mansión, por una vez en el año se sentía plenamente Feliz.
Y como si la vida lo amase aún más, ese año fue el mejor que Jungkook a sus cortas once vueltas al sol podría experimentar, pues mientras el estaba en el jardín meciéndose en ese columpio que su padre a duras penas había permitido que la servidumbre colocara, vio un lujoso auto negro aparcar en el patio, bajando así del mismo, un imponente hombre de gabardina negra y sombrero elegante, al cual claramente Jungkook no conocía, por que nadie a demás de sus primos, solían visitarlo en esas fechas.
Seguido de el venia lo que parecía ser un precioso muchacho de apenas unos 13 años, pero debido a su corta estatura, regordetes cachetes y figura, posiblemente podría pasar fácilmente por un nene de apenas 11 , lo siguiente que vio, fue a su padre darle un afectuoso apretón de manos al elegante hombre y después inclinándose ante aquel precioso muchacho, sonriéndole como Jungkook jamás lo había visto sonreír con el mismo, y después volteando hacia Jungkook como si estuviera dando una indicación a aquel regordete muchacho.
-Mochi, parece un mochi-
Repetía Jungkook para sí mismo, cuando aquel precioso ser apareció en su campo de visión hasta quedar situado casi enfrente de él, esos ojitos suyos se abrieron de par en par al ver que la masita frente a él estaba sonriéndole, tan amplio , tan tierno, tan bonito, mientras extendía su regordeta y blanca manita para presentarse ante ese curioso Jeon.
-Hola, mi nombre es Jimin, Park Jimin-
Sonó esa aguda, tierna y preciosa voz, haciéndolo ver aún más pequeño de lo que realmente era.
Y esa fue la primera vez que Jungkook vío a Jimin, jurándose a sí mismo que no había visto un ser másprecioso sobre la Faz de la tierra, al menos no como lo era esa preciosa masita regordeta .
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