Libertad, honor , sacrificio, honra, amor o traición era algo que cualquier persona en su sano Juicio jamás se atrevería a mezclar para describir a una persona, Jeon Jungkook , lo sabia a la perfección...tanto que su vida pasada, ahora se recreaba...
Dulce, el despertar al al lado de alguien que amas, es dulce, tierno , reconfortante y hermoso, saber que estas al lado de la persona que más amas, siempre será lo mas hermoso que como seres humanos podemos tener.
Los ojos del rubio se fueron abriendo ante los tenues rayos ultra violetas que traspasaban las preciosas cortinas color crema que adornaban las ventanas de la amplia habitación, el peso en su cadera, al inicio fue extraño, pero después de recordar con quien estaba, no pudo evitar sonreír, estaba al lado de su amor.
Contemplo un par de minutos al precioso chico que parecía estar sumergido en el mas profundo mar de la tranquilidad, y su corazón no pudo evitar sentirse tintineante ante el calor precioso que le abrigaba , era casi tan abrigador como un felpudo abrigo en el crudo y frio invierno, por que al fin y al cabo eso era Jungkook para él, un cálido abrigo en sus días ásperos.
Jimin podía tener dudas sobre todo lo que le rodeaba, sobre la incertidumbre de hacia donde caminaría su relación en los días venideros ,pero jamas dudaría de lo mucho que adoraba a Jungkook, jamás de los jamases se cuestionaría el adorarlo con la vehemencia que lo hacia, les había tomado media vida, llegar a este punto y aceptar lo locos que estaban el uno por el otro, y si bien , no les esperaba el mejor panorama en el futuro, Jimin estaba seguro que lo resolverían, o al menos buscarían la forma de hacerlo.
Los ojos del pelinegro se abrieron , contemplando entre borrosas manchas, el cuerpo desnudo de su amante, que hacia unos pequeñísimos minutos había abandonado la cama, para tomar un ligerísimo baño.
—Oh, Kookie, has despertado—
El rubio sonrio amplio, y ancho, mirando la preciosa imagen de su precioso amor, recien levantado, con los cabellos desordenados y probablemente con un sabor pastoso en los labios, pero no importaba.
No importaba, por que aun con todo eso, él le daría los buenos días como correspondida a su precioso amor.
Se enredo la toalla en la cadera, mientras se acercaba a él, y mientras sus pasos le guiaban a él, le sonreía como si no hubiese nada más hermoso que él pelinegro a medio despertar.
—Tan bonito mi precioso Jungkookie—
Su cuerpo se inclino hacia el menor que yacía sentado en la cama, las finísimas sabanas de seda cubriendo la mitad de su cuerpo, mientras su precioso torso bronceado relucía.
—No Jimin, no me lavado los dien-t—
Su voz fue acallada por la boca del mayor que estaba tomando sus labios, dejando un beso que esta por muchísimo lejos de ser inocente.
—Yo tampoco me he lavado los dientes—
Le susurro sobre la boca al pelinegro, sonriéndole pequeñito, para después volver a unir sus bocas, lo pastoso de ambas bocas mezclandose, las manitas pequeñas sosteniendo las mejillas del menor, el calor de sus cuerpos aumentando a medida que los besos se tornaban más y más calientes, sus lenguas jugando entre si, es que por buda..
Sus cuerpos les exigían nuevamente la union física...
Las piernas del rubio pasaron al lado de la cadera del menor, quitando antes la sabana que estorbaba.
Sumergiéndose de nueva cuenta entre besos y caricias ,satisfaciendo no solo la necesidad física , si no sucumbiendo ante el amor que les sobrepasaba mas allá de los limites.
La mañana se les fue entre caricias, besos , chapoteos , gemiditos de amor y pasión que les traspasaba cada poro de la piel, disfrutando de cada minuto que tenían juntos, descubriendo y explorando partes de ellos mismos que jamás creyeron conocer.
Por qué los días para amarse de forma libre como ahora, serian limitados, lamentablemente para ellos, seria siempre así.
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Pequeña estrella...
Mi corazón se debilita en cada paso que doy.. mi alma se desgasta cada día sin ti.. la ausencia de tu presencia cósmica me esta matando.. mi luna necesita tu resplandor.. te necesita a ti pequeña estrella..
