Libertad, honor , sacrificio, honra, amor o traición era algo que cualquier persona en su sano Juicio jamás se atrevería a mezclar para describir a una persona, Jeon Jungkook , lo sabia a la perfección...tanto que su vida pasada, ahora se recreaba...
Jungkook esperaba en un lugar seguro, según el plan. Pero cuando vio a Jimin siendo perseguido por los hombres del círculo negro, supo que algo había salido mal.
—¡Jimin! —gritó, corriendo hacia él, queriendo ayudarlo, pero en el trayecto al encuentro, Jimin fue alcanzado por una bala, pero logró mantenerse en pie, sus pies quisieron acortar la maldita distancia que le separaba para ayudarle, pues la mancha de sangre en su hombro se hacía cada vez más grade producto de la bala que había atravesado su hombro.
—¡Vete! —gritó el rubio con desespero—. ¡Salva tu vida!, vete de aquí!
Pero Jungkook se negó, él había prometido algo horas antes, pero el verlo herido no ayudo, él no le dejaría ahí a manos de esos mercenarios.
—No te dejaré —dijo, ayudando a Jimin a levantarse, y pasando el otro brazo por su hombro, intentando inútilmente ayudarlo y salir de ahi.
Pero fue demasiado tarde. Los hombres del círculo negro los rodearon, haciendo una pared humana de hombres con armas dispuestos a matarlos a diestra y siniestra, no sabían quien era el hombre en el cual Jimin recargaba su hombro, pero matarían a cualquiera que se interpusiera en su camino.
—¡Traidor! —gritó el líder del pelotón—. ¡Ejecución inmediata!
Jimin se interpuso entre Jungkook y los hombres queriendo recibir todas las balas, queriendo protegerle con su propia vida, su vida seria arrebatada y estaba de acuerdo con ello, pero no con que arrebataran la de Jungkook, él era inocente y no merecía ese final.
—¡No! —gritó—. ¡Mátame a mí!, el hombre solo esta ayudándome sin saber nada, déjenlo ir.
Pidió el rubio dejando que los hombres se abalanzaran a él entre gritos y forcejeos, dejando a Jungkook inconsciente con un golpe que uno de los soldados le dio en la cien en un rápido movimiento, Jimin fue capturado y llevado a la base de operaciones, donde recibiría el castigo que los traidores a la patria debían recibir, no había perdón ni misericordia para los miserables que se interponían entre la redención del Sur a mano del norte.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
