Capítulo 47

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SEÚL COREA


SEPTIEMBRE DE 1979



¿Quién era Park Jimin a estas alturas de la vida?, el famoso médico que era conocido por su gran valía y conocimiento, o un simple peón que debía moverse de la forma correcta en ese tablero de ajedrez, a estas alturas ni el mismo sabía que hacía ahí, encerrado por horas en la sala de reuniones de esa vieja bodega de Busan, donde se maquilaba la última pieza del tan esperado golpe final, aun pese a todo lo que sucedió, aun pese a todas las trabas que hubiesen en el camino, el golpe estaba planeado, y Jimin más que nadie sabía que no había tiempo para jugar , el amor no era una prioridad, y las distracciones tampoco, no había visto a Jungkook, por exactamente un mes, y tampoco quería verlo después de los padres del pelinegro apresuraran los planes de boda.

Su hermana se casaría con él, y no había escapatoria, la única forma de asegurarse que Jungkook, viviera una vida feliz y plena y lejos de Corea, cuando la revuelta comenzara , era casado, por que mientras su hermana y él, estuviesen de luna de miel por Londres en el mes de diciembre, toda la revuelta en corea se desataría..

No es que no le amase, es que le amaba más de lo que él mismo podía explicarse, y precisamente por ello era que prefería verlo casado y lejos de él que muerto o capturado por la opresión coreana del norte.

Y no solo eso, es que tampoco resistiría que Jungkook supiese que precisamente Park Jimin, jamás había estado como un "Invitado en su casa", si no que todo ese tiempo, había estado de infiltrado, para poder asistir a las reuniones nocturnas del comité de la oposición en seul, también para asegurarse que él padre de Jungkook cumpliría con su parte del trato..

Pero en el transcurso, no contaba con que el amor que jamás creyó florecería, ahora sería la viva causa de su participación activa en esa revuelta que se orquestaba, no le importaba perder su propia vida, siempre y cuando Jungkook estuviese a salvo. su amado amor estuviera fuera de todo peligro.

—¿Quedo claro señor Park?

La voz del señor Kim resonó en sus oídos, haciéndole salir del trance en el cual se encontraba, asintiendo con un leve movimiento de cabeza, les confirmo que el plan que se había orquestado con tanto detalle, al fin estaba perfectamente maquilado.

(...)

Los pasos perezosos de Jungkook, se dirigían al despacho de su padre, quien le había llamado con uno de los sirvientes a su disposición, ¿Qué quería?, era algo que ni el mismo pelinegro sabia, no era como si en algún momento su padre le hubiese llamado para felicitarlo, o darle siquiera una muestra mínima de afecto, realmente no esperaba mucho, pero, aun así, siempre la ilusión de tener siquiera un poco de su reconocimiento siempre le hacía soñar y esperar por ese milagro.

—Hola Padre, ¿Cómo puedo ayudarte?

Pregunto una vez había ingresado al despacho, el hombre que yacía sentado de forma rígida, con unos papeles en sus manos, prestando atención en cada hoja que leía, su aspecto era el mismo que el pelinegro recordaba, vestido en un pulcro traje negro, con un finísimo pañuelo doblado un su bolsa izquierda, un puro humeante recién cortado y usado reposando en su mano derecha, mientras sus lentillas de montura plateada reposaban sobre esa pronunciada nariz que el pelinegro por gracia o desgracia había heredado de su progenitor.

—Toma asiento — Pidió el hombre mientras escogía un par de hojas, extendiéndolas al minuto frente al pelinegro. —Estas por cumplir veintidós años, y tu carrera culmina este invierno, estas en la edad justa de formar una familia y disfrutar de tu esposa antes de que me den nietos.

Los hombros del pelinegro, se pusieron rígidos ante la mención de la boda, y es que había estado tanto tiempo centrado en su romance pasajero, que había olvidado o quizás omitido, su cruel realidad, de pronto la idea de huir o saltar por la ventana parecía más amable, que lo que su padre le pedía, y es que ¿Cómo podía siquiera pensar en la idea de casarse con al alguien más que no fuese su precioso amor?, ¿Acaso era eso posible?..

Pero tampoco se mentiría, pensar que sucedería lo contrario, seria mentirse a si mismo, no había elección.

—Entonces, hemos hablado con el padre de Naera, y decidimos que ustedes se casaran en la primera semana de Noviembre, las invitaciones han sido enviadas, y la celebración se llevara acabo aquí en Seul, no será algo exagerado, solamente invitamos a algunos socios del medio, su luna de miel esta arreglada también, ustedes partirán el segundo día después de la boda, en el barco que sale hacia Londres, esto— El hombre señalo el par de papeles que yacían frente al pelinegro.— Es el motín de la boda, y tu herencia, las empresas que tenemos en londres, están a tu nombre, y una casa en el centro de londres también esta a tu nombre, no quiero que estes aquí, servirás mas manejando los negocios que tenemos en el extranjero.

Una ola de frustración y desesperación invadió el corazón del pelinegro, él no quería herencia, ni ninguna boda, no quería irse de corea, o bueno, si que lo quería, pero no con quien su padre le pedía, en su mente solo se recreaban las escenas de sus días felices con Jimin, de cómo podría ser feliz con él fuera del alcance de su padre y de todos, pero esos eran solo pensamientos efímeros que se desvanecería como la nieve que cubre las montañas y recubre los lagos al llegar el verano..

No había opción , no había forma de que él pudiese habitar en el mismo plano terrenal con Jimin.. para ellos jamás habría un nosotros o un para siempre.

Quizás en alguna otra vida, los dioses se apiadarían de ellos, quizás en otra vida, en otros cuerpos, en otra era.. ellos , quizás, podrían coincidir de nuevo y podrían vivir libremente su amor..

—¿Ha quedado claro?

—Si padre, se hará como usted ordene..




—Si padre, se hará como usted ordene

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Estamos llegando al final 🥺

In another life - |KOOKMIN | JJK 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora