Blanqueo la mirada, Taehyung sale con sus ocurrencias repentinas.
—¿Dónde está Katrina?
—En algún lado con Minerva— suspira— ya sabes que es la única que puede seguirle el ritmo a esa mujer.
Minerva es la esposa de nuestro queridísimo tío, aquella mujer está un poco loca, solo un poco, cuando recién llegamos— aún no le hablaba a Solji sobre nada referente a mi familia— conocerla fue como ver a una bomba del tiempo que estallaba con una facilidad asombrosa.
Katrina se hizo su amiga, no tengo idea de cómo, pero pasó.
—¿Y tus hijos?
—No los invoques— pide— déjalos quietos por ahí, que cuando Katrina no está, se pegan a mi como sanguijuelas y yo necesito paz.
Me río porque es cierto, ese par tienen una dependencia enorme por ambos.
—¿Y qué harás cuando nazcan Philia y Storgé?
—Volverme loco, estamos atrasando eso tanto como podemos porque no sabemos con qué van a salir ahora.
—Al menos están preparados.
—No realmente, pero ya sabes.— me dejo caer en la cama extraña que tiene Taehyung, es inusualmente gigante y resulta un poco incómodo verme el cuerpo entero reflejado en el techo—¿Cómo van tus sueños?
—No muy bien. A veces son solo memorias con Solji, de esas no me quejo.— son muchas, son buenas— Pero en la mayoría Gema es protagonista y siendo honesto, me afecta un poco.
—¿Emocionalmente?
Asiento.
—Es agotador.
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La clase había terminado, pero yo tengo esa costumbre de quedarme un rato de más en el aula porque me gusta el silencio, sin embargo la puerta se abre y cierra con el seguro activado.
Solji.
—¿Puedo ayudarla en algo?
—¿Por qué tan seco? Relájate un poco.
Cuando le pregunté a Katrina porqué su amiga era tan... expresiva, no supo decirme más que esa era su forma de mostrar interés. Espero que no sea el tipo de interés que creo porque estará perdiendo el tiempo.
No obtendrá nada de mi.
—Si no tiene ninguna duda respecto a la clase que acabo de dar, no veo que hace aquí.
—Verás, Namjoon. Entre más se me resisten y más me mandan al carajo— la miro— más me interesan y más me gustan.
—¿Sólo le gustan los hombres casados? Ya veo porqué está soltera.
Se ríe, ambas manos se apoyan en mi escritorio y me observa atenta.
—Te invito a comer.
—¿A mí?
—A ti.
Resoplé.
—Bien, tú pagas.
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—Hey...
—¿Mm?
—Tio Namjoon...
—¿Qué, Soobin?
Abrí los ojos, ambos chicos frente a mi, Yeonjun cruzado de brazos y Soobin quizá demasiado cerca de mi rostro.
—¿Has visto a papá?
—¿Para eso me despiertas?— suspiro— Debe estar con sus animales en el otro edificio.
—No, Boris está con nosotros en la habitación y Lulú...
Volteo a ver lo que Soobin ve, no me di cuenta de que la serpiente estaba enrollada en Yeonjun, busco paciencia en mi interior.
—¿Por qué estás desnudo, Yeonjun?
—Hace calor. Y traigo bóxers, no voy por ahí enseñando mis cosas.
Me levanto, haré como que no ví nada.
—Ponte ropa y vamos a cenar con el resto.
—Pero necesitamos hablar con papá.
—Mamá no está y ahora papá tampoco— qué dramáticos— tú mujer tampoco está.
Me detengo.
—¿A dónde se fue ahora?
—La tía Solji es muy inquieta y dijo algo sobre museos, compras, ropa...— enumera Soobin.
—Luego dijo que se llevaría a Lena porque es la única con buen gusto.
—Y le pidió al resto que no te despertara.
—Ninguno de ustedes dos cumplió con esa petición.
Se encogen de hombros al mismo tiempo.
—Era urgente.
—¿Y qué es eso urgente?
—Alguien tiene que ir a la ciudad por la comida de los peces.
No los soporto.
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