Agarré a Jimin del brazo y señalé a Erina dando a entender que es momento de que hablemos con ella un rato, él entendió e hizo lo mismo con el resto.
Bomi se levantó y Jungkook casi se fue con ella de no ser porque esta lo empujó para que regresara a su asiento y dijo que llevaría a sus padres a conocer dónde dormían ellos dos ya que ellos querían verlo todo y eso era comprensible.
Erina veía todas las notas de la madre de Bomi y sonreía divertida enseñándole a papá lo que había escrito.
—Jungkook no tiene trajes, hay que llevarlo a qué le hagan uno a su medida— Seokjin habla primero y se agradece— quizás cuando te sientas mejor, quieras acompañarlo a elegir.
Jungkook, más perdido que nada, solo abre los ojos y asiente, estando de acuerdo.
—Si él quiere, con gusto iré. Mm, supongo que será cuando todo se solucione y sea un mejor panorama para salir.— ¿por qué habla como yo? que chistoso— No sabía que en un mes sería primavera, es una época muy hermosa.
Papá ríe.
—Conocí a Erina en primavera.
—Keigo recuerda todas las fechas, no sé cómo lo hace.
—Siempre ha sido bueno en eso, antes nos recordaba nuestros propios cumpleaños.— Hoseok comenta.
—Hace un tiempo fue el cumpleaños de Jimin— este asiente— supongo que la pasaste muy bien.
Taehyung se ríe y Jimin le pega.
—¿De qué te ríes cabeza de pan?
—¡No dije nada!
—Estabas riéndote.
—Recordé algo gracioso, nada tiene que ver contigo.
Yoongi los golpea a ambos.
—Cállense, par de estúpidos, estamos conversando aquí.
—Es la boda de Jungkook, no lo arruinen—pido yo.
—Taehyung empezó.
—Todo empezó con tu nacimiento, enano gruñón.
Me río, recomponiendome después, no es una situación para reírse y Jimin está por agarrarse a golpes con Taehyung. Yoongi agarra a Jimin y Hoseok a Tae.
—El punto es— continúa Seokjin— que esperamos que con el paso del tiempo mejores y podamos compartir mucho más todos, obviamente para ese momento no tendremos los problemas que tenemos ahora y será menos tedioso.
Erina asiente, manteniendo sus ganas de reír a raya.
—Espero que así sea.
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—¿A qué hora llegan los demás?
Observo el reloj, son las ocho.
—A las diez masomenos.— me giro a verla, su mano derecha se entierra en mi cabello y me sonríe—Solji, yo de verdad te amo tanto.
Chilla contenta, sus piernas desnudas se enroscan en mi cintura y nos volteo para quedar sobre ella, besa la punta de mi nariz y luego a mis labios.
—Yo te amo muchísimo más.
—No más que yo, mi Diosa, te lo aseguro.—sonríe mucho más grande—He soñado mucho contigo estas noches, momentos que hemos pasado juntos, cuando nos conocimos y las veces que salimos a comer, todo eso.
—Hicimos muchas cosas antes de salir oficialmente. Recuerdo que una vez te emocionaste mucho porque hablábamos de bebés y yo te dije que a mí sí me encantaría ser madre.
—Bueno, para ese momento ya me habían advertido que nacería Joonji, así que me quitaba un peso enorme de encima. Lastimosamente no habrán más bebés para nosotros.
Niega.
—Solo Joonji está más que perfecto. Igual, siempre puedes seguir intentándolo con el proceso aún cuando sepamos que nada pasará
—¿Qué haré contigo, mujer?— ríe— Muy bien, dame acá.
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