—Pero no entiendo— dice Seokjin— ¿No puedes ejercer desde aquí con nosotros como siempre?
—No, Namjoon pasará a ser un original. Él, Solji y la pequeña Joonji estarán viviendo con nosotros.— sonríe a modo de disculpa uno de los hermanos— Por supuesto pueden visitarlo e incluso él vendrá tan seguido como pueda.
Sus rostros decaen, intento conservar el ánimo y les recuerdo a ellos que tendrán que hacer lo mismo en algún momento.
—La regla de los trescientos años para ser considerados mayores de edad será abolida, así que ustedes también pueden independizarse, mudarse a sus propios hogares con sus familias, parejas. Es algo que sucedería eventualmente.
—A nosotros nos gusta esto de vivir todos juntos.— Yoongi hace una de sus nuevas resignadas—Pero nos alegramos mucho por ti, simplemente estamos acostumbrados a estar los siete juntos en un mismo lugar.
—Pues a mí no me alegra porque no quiero que se vaya.— Soobin se levanta de la mesa, no termina de comer y se va, ignorando los llamados de su padre.
Este se disculpa con los demás presentes.
—Soobin es muy cercano a Namjoon, es todo. Hablaré con él.
Niego.
—Déjalo, yo lo hago.
Intento levantarme, Joonji llora cuando la suelto, le prometí regresar pronto y busco al chico en su supuesto lugar secreto que no es tan secreto porque todos sabemos cuál es.
Con Boris en el invernadero, ese es su lugar especial para apartarse de los demás cuando está triste o molesto.
A primer vistazo no lo veo, tengo que adentrarme bien en el lugar para encontrarlo tirado en el lomo de un tigre perfectamente dormido, me ve, cierra los ojos para ignorarme y yo bufo, me dan ganas de pegarle a veces.
—Es de mala educación levantarse de la mesa de la manera en la que lo hiciste y más si tenemos invitados.
—No me importa.
—Tú padre va a enojarse contigo.
Abre los ojos, dándose cuenta de eso. Finge que no le afecta.
—Tampoco me importa.
—Soobin. No me voy para siempre ¿eres tonto? no es mi funeral para que te pongas así.
Me mira feo.
—Es como si lo fuera— voy a sentarme a su lado porque esto va para largo— ya no voy a despertarme en las mañanas para que me des clases y tampoco voy a ver a Joonji, la tía Solji no me dará los buenos días y mi desayuno favorito y tampoco se sentará a ayudarme con la tarea que no entiendo, no podremos ver películas juntos y no vas a explicarme lo que sucede, tampoco tendré con quién hablar sobre lo mucho que odio la época del renacimiento aún cuando yo no la viví y la tía no estará para apoyarme con argumentos al respecto.— pienso que ya terminó, pero continúa—Y tampoco seré el niñero oficial de Joonji, no jugaremos más y no podré perseguirla en los pasillos del supermercado mientras la tía compra.
A mí no me parece un gran problema, pero por sus ojos acuosos veo que para él es importante, así que no le quito valor a su sentir y preocupaciones.
—Esto es algo importante para mí, Soobin, toda mi vida me he esforzado para ese puesto ¿entiendes eso? y ahora que tengo a mi esposa y a mí hija, es mucho más grande aún. No estoy diciendo que no te extrañaré, por supuesto que lo haré, pero podemos seguir haciendo las cosas que siempre hacemos juntos, podemos estudiar como siempre, puedes llamarme si tienes una de tus dudas existenciales, incluso puedes quedarte con nosotros durante algunos días si así lo quieres. Me voy de casa, no de tu vida, Soobin.
Va a llorar y a mí me va a dar sentimiento, demonios.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
—¿No vas a olvidarme?
—Claro que no, eso es imposible.
Baja del tigre, se pone de pie y hago lo mismo, me asfixia en sus brazos.
—Te quiero, tío Nam.
—Yo a ti, pero deja de preocuparte por esas cosas y regresemos con el resto.
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