TE EXTRAÑO
Los días siguientes al entierro de la joven las lluvias asolaron la región de Liones y empezaron a prepararse para las siembras del año que ayudarían subsistir a la ciudad y al pueblo.
Para el funeral de la joven caballero no se realizaron muchas ceremonias – a pedido de Gustaf – y fue más bien simple y sencilla, una que conmemoro la alegre memoria que tenían de la joven y alegre Jericho. Esta transcurrió unas cuantas horas, horas en las que tanto amigos como conocidos y familiares – que se presentaron – se mantuvieron en respetuoso silencio y, así de esta manera recordar en sus mentes a la joven.
Pero había una persona que no salía de su estado de shock, aun así no se le podía culpar ya que desde el anuncio de su muerte – a excepción de aquel día – parecía un muerto en vida. Solo sus amigos más cercanos apenas habían sacado un par de palabras del ahora ex bandido, una de las personas que intento en varias ocasiones siquiera que este hablara, fue Meliodas. Este último conociendo un poco la historia de su vida y por las experiencias que compartieron juntos pudo entender un poco por lo que el ahora Lord pasaba.
El muy cabeza de su amigo había desarrollado sentimientos por Jericho, pero en su afán de mantenerse fiel a Elaine y del amor que le había profesado – en el pasado – no pudo reconocer que de a poco estaba dejando entrar a otra persona en ese rincón especial de su corazón. Lástima que fue demasiado tarde cuando sacó a relucir estos sentimientos.
— "la vida es tan perra, pero tan astuta"
Fue lo último que Ban le dijo a Meliodas, antes de encerrarse en una de las habitaciones, dentro de la Cabeza de Jabalí, después del entierro de Jericho.
Desde aquel entonces los días pasaron y estas pasaron a ser semanas, a su vez estas se volvieron meses, hasta finalmente llegar a los dos años. Durante este tiempo los 7 pecados capitales se asentaron finalmente en el reino de Liones bueno a acepción de Merlín, que iba y venía desde Camelot debido a que se había convertido en consejera – extra oficial – de Arthur, ayudando a construir su Reino. En cambio, a Elizabeth le ayudaban su hermana y Meliodas que a la par se volvió el esposo de la joven princesa y que estaba próxima a traer un pequeño heredero para su pueblo. Mientras que King pese a ser el nuevo Rey Hada distribuía sus obligaciones entre el bosque y el reino que le acogió todo esto de la mano de la constante ayuda de Diana y un "entusiasta" Gowther que no corto ni perezoso, ayudaba a la pareja con el trabajo y bienestar de la comunidad de hadas y gigantes, Escanor asumía el Sombrero de Jabalí y expandía su lucrativo negocio, los viñedos propuestos por el querido guerrero de medio día, se expandían y aprovechando el cálido clima que poseía la región, la producción de estas se veía muy prometedora y en cuanto a Ban, bueno él había empezado a seguir a Meliodas y Elizabeth, debido a su prominente embarazo, la joven princesa si apenas podía caminar – y eso que contaba recién con 8 meses – así que necesitaba una especie de guardia.
Pese a que Ban o mejor conocido como Su señoría el Duque Cearbhall Ban de Benwic, servía de escolta, pero al ex bandido aquel título y los beneficios que ganaba bajo aquel – según el – no le afectaba en nada, prefería seguir siendo el mismo hombre – con ahora responsabilidades – que habían conocido hacía mucho tiempo, pero tampoco pudo negarse a una "muy sutil" Elizabeth que se encontraba por aquel entonces un su segundo mes, y como diría su capitán – "Es mejor tener a una Eli alegre y feliz que a una Eli enojada y molesta" — recordó.
— "Bueno ya que, algún día me servirá de algo" — menciono el "despreocupado" hombre. — "Total, lo único que necesito hacer es... mejor voy de salida antes de James llegue y me amarre a la silla" — sin más aquel hombre salió por una ventana lateral, esperando que el mayordomo – que ahora tenía – no le encontrara.
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EN ESTA NO
ContoLas personas dan por sentado muchas cosas o situaciones, que están ahí porque sí y que no se moverán jamás. Esto también nos lleva a pensar que sucede con las personas y que ellas se quedaran ahí siempre, esperando. Pero hay que recordar algo... Nad...